Juego de pelotas

Alberto Escobar

 

¡Vamos a dejarnos de mamoneo
y le vamos a dar para el pelo
al coletas!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Caí dando vueltas sobre una de las calles de un dédalo que,
a la vuelta y visitando Wikipedia, hallé pertenecer a un Versalles
que empezaba a enranciarse a la sazón.
El viaje fue instantáneo, hace un segundo —según mi parecer—
disfrutaba de un desayuno de fresas en un hotel de un París que
saludaba una nueva normalidad.
Me dejé atraer por un murmullo de voces que a medida que los pasos
se sucedían devenían in crescendo. No muy lejos pude distinguir lo que
parecía un pabellón deportivo, de un gusto que pude identificar con
alguna que otra foto de los libros de texto que en el colegio introducían
la figura del Rey Sol.
Ya cerca del recinto, sin distinguir una palabra —solo atinaba a que
hablaban en francés, idioma que empecé a estudiar con apenas los
once años— me atreví a entrar por una puerta que se me ofrecia a
una curiosidad cada vez más acuciante.
Entré, divisé en el centro de una especie de cancha a un orador que
con gran pundonor se dirigía a una gradería de fuego incandescente;
a casi cada frase alguien —todos iban vestidos de manera distinguida—
replicaba con la misma energía o más si cabe.
Me parecía todo de lo más incomprensible, un galimatías, otros tiempos.
Después de un buen rato —quizás media hora— bajaron aprisa de sus
escaños hasta reunirse fuera —en una especie de parterre florido—
en oronda masa y emprender una huida hacia delante frente a las
abandonadas instancias versallescas que los reyes tuvieron a bien dejar
por consejo experto días antes. Me fui tras ellos sin pensarlo dos veces.
No fui consciente nunca de que asistía a uno de los momentos liminares
de la moderna historia.
Aquí sigo apoyando la causa. Vengo de liberar al Marqués de Sade y a un
tal Voltaire de la cárcel real de la Bastilla, y mañana tendremos reunión
de la Asamblea Nacional en los Jardines de Marte.
Quiero quedarme aquí, al menos hasta que pase el confinamiento y todo
vuelva a la antigua normalidad.

 

 

 

 

 

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  • Autor: Albertín (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 17 de mayo de 2020 a las 14:04
  • Comentario del autor sobre el poema: Nunca viene mal un paseo por la historia y más ahora.
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 48
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Comentarios1

  • Hermes Antonio Varillas Labrador

    La historia la escriben los vencedores, en detrimento de quienes no tuvieron la bendición ni los laureles de unos celosos dioses del Olimpo que gustan de dar trofeos a quienes en buena lid dicen con eufemismo y no precisamente en una lúdica jornada, donde todos van en vista o pasos tras una esférica, que de pronto es una papa caliente y poco dura entre las manos....

    • Alberto Escobar

      ¡A qué te refieres, que no te entiendo! Gracias por tu visita Hermes.

      • Hermes Antonio Varillas Labrador

        Es un comentario adornado de surrealismo lírico... Para que más o menos me entiendas... No tiene objeto buscarle una interpretación a un cuadro del arte del cubismo... Lo de la esférica es el derrotero que siguen los trotamundos gitanos.... y cada elemento en el fragmento es una especie de metáfora... por supuesto, a nadie le cae en gracia.

      • Hay 3 comentarios más



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