¡Que viene José María!

Xabier Abando


Aznar y su Ana Botella,
huyendo de esa Covid
que está asolando Madrid,
se escaparon a Marbella.

Se fugaron estos tunos
el día previo al concreto
del histórico decreto
de alarma, muy oportunos.

El digno líder de FAES,
preboste del patrio elenco,
se habría puesto flamenco,
vestido de faralaes.

A ver quien le va a decir,
a él cuánto ha de beber
o que ha de permanecer
en su casa de Madrid.

Con tanto aprecio a la vida,
que disfruta en plan señor,
lo habrá espantado el temor
a este virus homicida.

No cito aquí, me disculpo,
lo de las ratas del barco
que se hunde, seré parco
manejando los insultos,

y no es que merezca honores
quien ganó infamia y dinero,
haciendo de mamporrero
para Bush en las Azores*

Siguendo con la Covid,
en un acto reprobable,
este tipo impresentable
se escabulló de Madrid.

Como rico irresponsable,
muy bien lo calificó
el New York Times y añadió
que su ejemplo es deplorable:

Somos la élite, chicos,
las normas para vosotros,
que no sois como nosotros,
astutos, listos y ricos,

de modo que ahí os quedáis,
confinados en casita,
id preparando la guita:
la escolta me la pagáis

como el sueldo vitalicio,
en euros ochenta mil
poca cosa para mí,
una miseria, a mi juicio

Razón a Aznar no le falta,
por más que poco la use:
sin que de ‘mangui’ le acuse,
tiene mucha, mucha pasta.

Murdoch le paga un montón
por hacer de consejero
de News Corp, ese dinero
per se, no es buena inversión

para el astuto magnate:
tener que buscar tan lejos
a alguien que va a dos consejos
a decir ¿qué?... ¿disparates?

Se acierta más si se piensa,
creo, que, Murdoch mediante,
servicios de ahora y antes
le pagan, en recompensa,

no solo está el papelón
vergonzoso en las Azores,
algunas otras labores
le encargan a este felón.

A mi, que soy malpensado,
me encaja lo que una lista
e irónica periodista
escribió con desenfado.

"Que viene José María"
es el título acertado
de su artículo acerado,
que, entre otras cosas, decía:

Me encanta la sutileza
que derrocha en el intento
de llevarnos a su huerto.
Lo veo, desde Marbella,

dirigiendo ese cotarro
de Vox -no es el diccionario-
de su fantoche Santiago,
del marioneta Casado

y manejando los hilos
de los medios oprobiosos,
con esos presuntuosos
PedroJota y Federico,

la banda de los Ussía
y algunos otros prohombres,
de los que no cito nombres,
que dan grima en demasía.

Con la sutil elegancia
que bien le caracteriza
desde FAES analiza,
ilustrando a toda España:

Se percibe poderosa
corriente de descontento
de indignación, no de viento,
contra la tan desastrosa

actuación del Gobierno,
su gestión autoritaria 
de la crisis sanitaria,
su imprevisión, desacierto...


-Pero, a ver, José María,
¿qué es eso de 'se percibe'?
vamos, anda, no me jibes,
déjate de tonterías,

que incluso en tus homilías
desde FAES, la corriente
la insuflas tú, con tu gente
quizá esperando que un día,

tus jefes cuenten contigo
para colmarte de honores
llevándote a las Azores
a otra misión de castigo.

Ahí va diciendo Santiago
que, siguiendo esa corriente
que él percibe claramente,
se impone un golpe de Estado.

contra el gobierno falsario
que “estado de guerra” ha impuesto
y le gustas para el puesto
de máximo mandatario,

o, si no, alguien de tu altura
cómo Felipe (¡capullo,
queremos un hijo tuyo!)
tan digno de investidura.

Está FAES con colitis
por si gobierno le engaña,
y trae el marxismo a España,
aprovechando esta crisis.

Vigente está, yo diría,
convencido de hacer diana,
la obsesión americana,
que causó la guerra fría.

Y FAES es su bastión
con Aznar a la cabeza,
un 'patriota' de una pieza,
con dinero a mogollón.

@ Xabier Abando, 14/05/2020

(*) ¡Qué viene José María! (Castilla-La Mancha, Sociedad)

Ver métrica de este poema
  • Autor: Xabier Abando (Offline Offline)
  • Publicado: 15 de mayo de 2020 a las 02:57
  • Comentario del autor sobre el poema: Me parece oportuno recordar aquí a Gabriel Celaya, que reclamaba más protagonismo para un tipo de poesía distinto de la lírica, que es la que a mi, personalmente, más me gustaría, como es la postergada poesía épica, de combate, esa que reclamaba cuando decía que la poesía es un arma cargada de futuro. A este género épico entiendo que pertenece mi poema, que trata de desenmascarar a este personaje siniestro y rastrero que, porta una máscara de dignidad, altura de miras y acendrado patriotismo, que no pueden ser más falsos y que, por desgracia, ahora está jugando un juego muy peligroso, en estos momentos de crisis sanitaria. Admirable Gabriel Celaya. Va por ti, maestro. http://www.poesi.as/gcel5500.htm
  • Categoría: Sociopolítico
  • Lecturas: 117
  • Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, Solasdelval, Juan Q, Flor de otoño.
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Comentarios2

  • Jorge Horacio Richino

    Me encantó el poema!
    No puedo creer que este tío todavía siga haciendo política!
    Muy bueno lo tuyo, Xabier!
    Un abrazo!

    • Xabier Abando

      Ahí sigue, liderando la “cruzada” contra el gobierno, tratando de derribarlo o, al menos, de desgastarlo y poniendo palos en la rueda, de manera irresponsable, en un momento en que la colaboración, a la portuguesa, sería lo más conveniente para el país.
      Muchas gracias por tu estimulante comentario. Un abrazo, Jorge.

    • Juan Q

      "Su forma de expresarse delata el alto e injustificado concepto que tiene de sí mismo. Cuando en realidad no es más que un oscuro funcionario de hacienda venido a más, casado con Ana Botella." (Maxímo Pradera. Público)

      • Xabier Abando

        En el fondo, es un mindundi, de poca talla intelectual y no digamos moral, pero, sin ser inteligente, es el típico “listo”, con pocos prejuicios morales, dispuesto a sacar provecho de las oportunidades que se le presenten, para medrar y hacer fortuna. La política es un campo abonado para estos oportunistas. Su ascenso dice mucho también de la gente que lo eligió y lo apoya. Su partido rompió todos los récords de corrupción habidos y por haber. Supo arrimarse al sol que más calienta, poniéndose al servicio del más poderoso. Su gran oportunidad estuvo en las Azores y la supo aprovechar. A destacar su soberbia y arrogancia, junto a su cinismo, la cara dura que demuestra para aparentar una dignidad moral de la que carece por completo.



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