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El ladrido de los perros
en las tardes de invierno
resuena de manera diferente.
El tiempo queda aletargado
cuando solo se escucha su llamada lejana.
Es un conjuro secreto de poderes antiguos
que desbrava los monstruos vespertinos.
El ladrido de los perros en las tardes de invierno
invoca la ausencia de premura,
la omisión redentora de preguntas,
bajo el cobijo de una manta
y un libro como único testigo.
Miguel Herrero Villavieja
Amaneceres Abruptos©
YouTube channel: https://www.youtube.com/channel/UCXCQcxRQhZwdOz59HesxyNQ
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Autor:
Amaneceres Abruptos (
Offline) - Publicado: 14 de mayo de 2020 a las 05:42
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
- Usuario favorito de este poema: Silvestr.
Offline)
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