Salsódromo

Alberto Escobar

 

¡Tú que le debes todo
a tu nombre!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Se le ve aquí, esperando su turno en la Sala de las Audiencias.
Dentro se debate en reunión de príncipes quién el heredero
de este imperio, que huele a sangre y desaliento.
Al cabo de una eternidad se abre la puerta, de nervios hirviendo.
El rostro del heraldo es epítome de lo que viene siendo
un resultado teñido de sorpresa y desafuero.
El candidato se abre de carnes, los goznes ardiendo
y el papiro que se extiende de enrollado epístola y cuaderno.
Augusto González Trebujeno, presente y tieso.
Se le concede la petición, licenciatura y deseo.
El premio, dos lustros de estancia entre los muertos
que se afanaron en covachuelas por salvar el huerto.
Romualdo, que así se llamaba el recadero, una lágrima
de cien pozuelos le derrapó por la mejilla hasta Beltenebros.
Los corchetes, que salieron a destiempo, le anudaron
las amarras y los empellones sucediendo le llevaron 
a las mazmorras de la infamia y del descrédito.
Allí se pudrió, entre juras y firmamentos, sin un sol que saludara
las mañanas de enero y los vésperos de septiembre, los más bellos.
Agua y pan, de temprano le llevaron, aunque ni ganas ni aliento
le quedaron dispuestos para tamaña traganza.
Su corazón se le fue cerrando como sigue siendo su estómago,
ya tan estragado que una brizna de pan en aroma le resulta harto.
Allí muere, con los ojos tan abiertos al espanto que su salsa,
saliente de su llanto, se ofrece pepitoria a su víscera terminando.

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Comentarios4

  • Nuria de espinosa

    Me ha gustado mucho. Porque además de la poeta, soy historiadora, rs como una adición para mi. Me encanta la historia.
    Un verdadero placer leerte. Abrazos

    • Alberto Escobar

      Gracias por tus palabras Nuria. Si te digo la verdad, lo que me ha salido ha sido como abrir una espita y dejar escapar parte del gas que tenía dentro. Partiendo de la frase con que encabezo el escrito —que tomé de una conferencia sobre Augusto— me puse a pensar para que fuera un microcuento relacionado con este y, no siendo capaz de hilvanar nada, dejo a la escritura automática las riendas y me sale esto. La verdad es que no tiene pies ni cabeza aunque estéticamente pueda parecer agradable. Es puro efectismo. Un abrazo Nuria y perdona el rollo que te he soltado.

    • lúdico

      El solo titulo es un llamado a la lectura y capta la atención desde mucho antes de sumergirse en el simbolismo de esto que tu llamas fabula, yo me atrevo a cometer la impertinencia de catalogarla como prosa poética, hay mucha riqueza lírica y una estética exuberante que exceden las bien ponderadas virtudes de la fabula. En todo caso es un texto fascinante y desde mi punto de vista de un alto nivel artístico.

      • Alberto Escobar

        Te agradezco tu generosidad por los calificativos que me ofreces en tu comentario. Te doy la bienvenida a mi sitio y te remito a la respuesta que le he dado a Nuria —sobre tu cabeza—. El título está acorde con el texto; puro efectismo, puro humo de pajas. Un cordial saludo
        P.D. Efectivamente es prosa poética, pero lo he catalogado como fábula porque es una historia imaginada, una verdadera fábula. Entiendo que prosa poética es un subgénero y la fábula, que también lo es —quiero decir, un género— lo tomo como cuento con mensaje; en este caso con un mensaje inexistente. Todo una locura, como puedes comprobar.

        • lúdico

          Su palabra vaya adelante poeta, sin ánimos de contradecirlo , el efectismo suele ser un tanto "amarillista," por el contrario, noto en su palabra discreción, ¿a quien podría convocar semejante titulo? solo a una legión de Salseros, caribeños , latinos y algún que otro músico, jurásico y popular. pero al abrir las puertas de su prosa nos encontramos con toda esa expansión de imágenes en otro contexto, Yo lo llamo arte en su máxima expresión. Acá le dejo este enlace para tratar de ilustrar "el humo de paja" que pudiera haber en mis palabras https://youtu.be/bWdZP2Qj6wA

        • C. Eduardo Barrios (Ex-Toki)

          Que se continúe bailando salsa.

          Un abrazo poeta

        • Ruth González Galindo

          Es un gusto leerle... Creí era una historia cierta, ya que tratándose de un contexto griego, no seria algo extraño el trato. Saludos

          • Alberto Escobar

            Me alegro de que te guste Ruth. Fue una locura, como comento a otros lectores. Devueltos



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