Carta de despecho

 

A quien se robó el mes de abril... y mayo, junio, julio, hasta la fecha. 

 

¿Por qué habría de guardarte un maldito luto como si te lo merecieras? 

 

¿Por qué me enseñaste a querer cuando estaba rota, por qué me enseñaste el lado amable de la lujuria? 

 

¿Por qué, si después de todas las palabras de despecho que me dijiste, no estamos juntos?

 

¿Por qué me hiciste creer que en los momentos en que sospechaba que teníamos algo la cagabas diciendo que no era enserio? 

 

Me caga pensar en lo que pudo haber pasado, odio saber que te amé como a nadie, tu maldita facha de vago interesante, tu puta mirada de tener la razón y al dármela sentir aprobación. Odio no estar contigo, odio que no es como en las novelas o cuentos, no terminamos juntos y me caga que siempre te tengo presente, aún cuando parece que ya seguí mi vida. 

 

Parece que tu sí, verga, aún cuando debería estar contenta en donde estoy, parece que tú ya no quieres saber nada de mí. 

 

Me hiciste sentir culpable por lo que pasó, que si conocí a alguien más, que si salía con otros, tú tenías a tu niña buena, CARAJO, y coqueteabas con medio mundo solo porque podías, y yo te aceptaba como tal porque sabía que nuestra puta conexión era algo más, y como vergas no amar las noches que pasabamos juntos y me dejabas saber más de ti, nos embriagabamos y cogíamos hasta que me cagara de risa o tu lo hicieras, escuchando a Silvio o a Mercedes, incluso a la Liliana, me contabas de un puto mundo que yo no conocía y que al final no llegué a conocer, pero claro que tuve que conocer a tu familia, que era tan culera como tú, pero aún así quería permanecer. 

 

Si tan solo me hubieras dicho que era enserio, verga... 

 

No estaría escribiéndote habiendo pasado meses de que me fui, no sabría lo que es estar con el amor en stand by, me caga saber que al final si fue nada, porque en tu momento de despecho me hiciste creer que era enserio.