La suerte que le desee, ¡Dios! Sí que se la desee. Pensé que ello era lo que nos había unido. Ahora bien, veo que en realidad no es así, no es mi suerte tenerla, es la de alguien más, y su suerte, su desdichada suerte, es la de vivir, surcar la vida como se debe, a la deriva. Lejos de mí pero con su suerte y mi desgracia, que es no dejar de amarle nunca.
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Autor:
Austero (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 22 de abril de 2020 a las 17:14
- Categoría: Amor
- Lecturas: 29
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