MI PERRA Y YO
En la nobleza se esconde,
un corazón de gigante.
La mirada que responde,
a la más pura bondad.
En una entrega constante,
que solo amor quiere dar.
Inconmensurable entrega,
que no se rinde jamás.
Galopa en sueños mi perra
y en mi mente yo galopo,
sincronizado con ella,
cortando el viento y la niebla,
cruzando el tiempo al soñar.
Salta la alegre pirueta,
jugando con el azar,
entre ladridos de feria.
No se rinde la mirada,
cuando la entrega es total,
va aumentando su caudal,
cuando es mutua la nobleza.
La caricia es la riqueza,
si en el corazón progresa,
amor y sinceridad.
Se derrama sin pereza,
si es auténtico su afán.
Amor sin bordes ni flecos,
que a fuerza de ser sincero,
va inundando el corazón.
Una preciada pasión,
de nobleza singular,
una constante ilusión,
que abraza amor y verdad,
vacío de todo rencor.
Soñar cruzando los prados,
ahítos de hierba fresca,
ojos en el horizonte,
para superar la sombra.
Peinando el viento el cabello,
con peines de pura plata
y en los entreabiertos labios,
el aliento se se escapa.
Retando al tiempo sin miedo,
nace y vive la esperanza,
en los ojos que acarician,
en la mirada que acerca.
No se rinden las pupilas,
de mirar a quien le cuida,
con amorosas maneras.
La voz al mirar se quiebra.
Mi perra y yo somos uno,
amando a la Madre Tierra.
A.L.
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02/04/2020
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