Interrogantes

Mi alma ya no aguanta la inquietud de ser esclava de mi mente.
Mis brazos se agobian cuando entre sus dedos no está lo que quieren.
Mi corazón tan noble cada día es más triste y envejece.
Mis lágrimas agotadas pues ninguna de ellas se comprende.

Necesito dejar claro esta interrogación que me atormenta.
Ya todo es tan nada, y a la vez ya casi nada es suficiente.
No conozco al tiempo, pero sé que no ha dejado de joderme.
Mi piel arrugada es la prueba de mis deudas ya saldadas.

Mi ilusión es tierna y a veces se ríe de sus disparates.
Mis sueños son libres aunque siempre olvido que hay que ir a buscarlos.
Mis labios carnosos te desean como a nadie han deseado.
Mi cuerpo ya impaciente no comprende a que estamos esperando