Tarde de Julio

Alonso Moraga

Tarde de julio, serena y vacía,
tras de las paredes pálidas
triste se pinta la melancolía.
En esas tus paredes cálidas

el venturoso recuerdo amargo
lleva la pena, su canción trágica.
En el pretil de piedra del pozo cargo
los colores frescos de la noche mágica.

—Tras de los muros mustios y ajados
por el tiempo, recuerdo las imágenes veloces
del agua cayendo por tus cabellos mojados,
y dentro de la bóveda me llegan mil voces,

y una canción de la muerta primavera.
El alma, con su instinto de viajera,
recorre con abandono los pasajes de la vida,
por los cielos azulosos de la ciudad dormida.

La monotonía agreste, gris y pausada,
deja en esta tarde mi canción olvidada.
El viento sopla y con él un eco errante
susurra un trémulo y delicado: adelante...

Un momento la tarde mansa se enmudece
tras el reflejo débil de una sombra ajena.
Al pasar de lejos la agonía el rumor se crece
para saludar la tarde de julio, tarde serena.

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  • Autor: A. M. (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 30 de marzo de 2020 a las 00:07
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 37
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