¿UNA COSA ASÍ?
Era la noche oscura y solitaria,
el asfalto brillaba débilmente
bajo el foco de luz de las farolas.
En una calle apartada y solitaria
de un día de entre semana,
periferia de un miércoles tal vez
(no dormían los vecinos todavía
aunque nadie en ese instante transitaba),
sin saber por qué, sin qué motivo,
sucedió, avanzó hacia mí,
no a la carrera
y sin curvas a la vista.
Y su paso fue
pausado, sus saltos espaciados,
bien trenzados, como con autosuficiencia,
como si ningún temor lo atormentara.
Por mitad de la avenida justamente,
y como si no yo estuviera,
o no matara,
de vez en cuando,
animales para comer.
Yo, metro ochenta,
y el tímido conejo
sin prisa, salto a salto,
la criatura silvestre sin dejar la línea recta.
El gazapo silvestre a las afueras
me pasó atrevido por delante
hacia el bosque de matas suburbanas
que pone fin a la zona urbanizada.
Como una mágica visión se me perdía,
no en ligera pendiente,
no con curvas a la vista
hacia fuera de la población.
No parece atormentado, pensé entonces,
y sin un solo gesto de más
avanza, salta, no se asusta
o se apresura. Como el impacto de un puño
duro en el mentón, la visión del conejo
me deja noqueado,
me embelesa.
A veces la realidad
sufre en el rostro
estos golpes
tan duros, tan rotundos,
en estas noches tan claras,
que no sé lo que pensar.
- Autor: gaspar jover polo ( Offline)
- Publicado: 23 de marzo de 2020 a las 13:33
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 372
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