Aunque deba negociar mi alma

Quizá deba ir al
virgen arrecife de
La Flor del mar
¡dejándolo a ojos de piratas!
por sólo traerte una piedra
preciosa como tú.
Aunque el bosque
de mil polillas negras
me dejen ciego
tendría más sentidos
con cual encontrarte,
ese que aprenden
los corazones enamorados,
¡y es que puede amarse tanto!
que si una tragedia
desfigurara tu rostro
yo tomaría tu mano
y aprenderías en braille
que la belleza dulce
nunca ha de morir,
¡que la vida es mucho más que eso!
que podría uno parar a loco,
hasta jugarse la muerte
en el lago de Toplitz,
contando historias errantes,
con un amabie pintado
en el cuarto insomne
¡dónde te amé de más!
Aunque tú me olvides
yo no podría, y es que,
en un arranque de penas
bebí los sabores de Meng
y ve que aquí estoy pensante,
    como ínfimo ser
que no pudo hacer más!
seguiré buscando amor para ti,
la cámara de ambar,
o dar mi alma a la misma Chie,
aunque esto sea sólo un poema,
y rechaces vivir a mi lado
en el reino de Paititi.
Aunque deba traer a Ise
desde Agartha.
Aunque me pierda de ti
buscándote en Tristán,
aunque deba esperarte
cien noches en Bhangarh...
Da igual, ¡siempre te amaré!
Aunque deba revelar
lo que dice el Voynich.
Aunque sólo pueda verte
una última vez
¡entregaría a la noche triste!