Me basta con pensarte, y traerte sin verte,

Yo, que soy solo un fenómeno, una ilusión,

una paradoja que trajo el destino,

un filamento de tú creación;

 

encallo en la distancia a lo sublime,

he invito mi ser a adorar,

yo, extraña criatura que ha visto el Nirvana,

que sueña contigo y se anima a amar;

 

 

en lo inmensurable, e incomprensible

de los latigazos hasta sus besos,

son mi tesoro tus hechos,

los que me inspiran para exaltar.

 

Me bastó con pensarte, y acudiste al encuentro,

lejos en el tiempo cuando un feto fui,

cuando el calor de tus manos y soplo de tu aliento,

formaron la semilla que hoy te escribe a ti.

 

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