Querido atardecer   (19/2/2020)

Dara Sanz

No supiste susurrar,

Ni la boca al hablar.

No supiste perdonar,

Ni tampoco las heridas sanar.

 

Te esperaré sentado,

Aunque el sol me acalore,

Aunque el sol me asfixie,

Aunque el sol me quite parte de mí.

 

Querido atardecer rojizo,

Te atisbo entre medias lunas,

Te atisbo entre malezas;

Y me da igual pincharme,

Porque más de una vez me he pinchado,

Y mi sangre intoxicada se habrá derramado

Entre mi piel frágil y desnuda,

Podrida y sin alma alguna.

 

Dulce atardecer rojizo,

                                Yo solo te pido

                                                      Que me des más de una razón

                                                                                                  Por la que mis dientes se asoman a la penumbra,

                                                                                                                                                                         Por la que mis manos están marcadas de cicatrices,

                                 Y sin saber por qué, me envuelvo con una cortina blanca.

 

Agradezco tu flor,

Roja y dulce como tú.

Agradezco tu bondad,

Aunque el sol me atosigue,

Agradezco por lo que yo soy,

Por lo que yo era,

Y por mi forma de ser.

 

Apenas tengo un esqueleto en mi interior,

Sólo masa y oscuridad.

Percibí un calor intenso,

Un dolor indescriptible,

Y es que mi cuerpo es dolor,

Mi sangre, el veneno,

Mi piel, las cuchillas de la navaja,

Y yo tan solo no tengo razón por la que vivir.

 

Vivo enredado en un rosal,

Me pincha con sus púas en el costado,

En el alma, brazos y ojos.

Sólo soy un juguete para la vida,

Una manzana podrida fuera de su fecha.

 

¿Cómo contemplarte, universo

Si acaso mis manos están vendadas,

Si acaso mi voz está apagada,

Y si acaso no tengo ojos para ver?

 --"Dame una respuesta".   

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  • Autor: Dara Sanz (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 28 de febrero de 2020 a las 16:52
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 40
  • Usuario favorito de este poema: Yamila Valenzuela.
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Comentarios1

  • Elizabeth Chacon Stevens

    Tus letras son muy reflexivas y nos invitan a cuestionar nuestro accionar ante el ocaso de un atardecer, el por qué suceden tantas cosas que nos crean dolor, heridas, cicatrices y ansiedad a nuestro cuerpo, alma y pensamientos en este mundo, en este universo de rosas con espinas que nos pinchan con odio y se incrustan con venenos en nuestro ser. Si el atardecer es bello, si las rosas son bellas, pero vivimos en oscuridad, en grandes penumbras que nos nublan el alma y corazóN.

    Un placer leerte y enviarte mis saludos y amistad,

    Buenas tardes.



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