Conversando el alma con el corazón

FNPG L.N

El verso no llega al alma, hasta que el alma este rota.

El alma debe ver toda la vida trágica, la mala suerte o las cenizas caer

para recién regalarle al corazón un resumen de la miseria que vivió.

Pero ¿qué pasa con el corazón?

Está en pedazos y a la vez distante de algún espasmo de alegría.

Está en alguna playa lúgubre obligado a tragarse el mar.

 

Hace calor pero no tanto para sentir la suave sensación de importancia.

Solo quiere dejar el corazón de ser ridículo,

pero no puede.

 

Porque está en la total plenitud de hace lo correcto.

Y se siente orgulloso de sus hazañas, y se siente fuerte al pensar que el mundo tiene buenos sentimientos.

El camino correcto de dejar el cuerpo y la perspectiva ajena.

Y ¿qué hace el alma?

No se mueve, no habla ni exclama.

No se queja de tanto caminar ni de tanto morir un poco cada noche.

Solo ve como el corazón vuelta tan alto y cae tan profundo.

Y cuando es un simple raspón en la pierna para el alma,

es una pérdida de pierna para el corazón.

 

Llega el soplo de la aburrida soledad, y pensamos que es el fin.

Pero la misma soledad te pregunta

¿Por qué piensas mucho y vives poco?

El corazón no responde, y más lo toma como un consejo.

 

El alma intacta se encuentra con el corazón,

en silencio, sin hacer nada, sin mirar arriba o abajo.

Solo se encuentran y no existe un rastro de comprensión

Pero si de admiración al silencio.

 

El alma habla mirando a los ojos

El alma dedica su poesía:

 

Que osado a veces eres corazón

Extiendes las alas en cielos pequeños

Y vuelas como pichón nacido

Y caes como avión sin piloto.

Ahora, te encontraste conmigo

Y admiras la soledad que cargo en mis hombros.

Pero no te estoy riñendo

Es más, te felicito.

Es un arte, amar.

Bailar con una sensación ajena.

Llorar por esa sensación ajena.

Tener insomnio por esa sensación ajena.

Morir por esa sensación ajena.

Y revivir por la sensación mutua.

Se nos mueve el tiempo y el mundo,

que nos olvidamos de que estamos vivos.

Cambiamos de relojes cada cuanto tiempo

Y al final da la misma hora.

Pero lo cambiaste para tener el resultado primario.

Solo queda suspirar un poco y amar la soledad.

Como lo hiciste desde un principio,

antes que ella existiera.

Ya pasaste por esto corazón, debe doler mucho para comprender que no somos destinados a ese camino.

 

El alma dio un beso en la frente al corazón

Y el corazón volvió a latir.

  • Autor: FNPG L.N (Offline Offline)
  • Publicado: 28 de febrero de 2020 a las 14:12
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 36
  • Usuario favorito de este poema: Yamila Valenzuela.
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