En la noche más oscura cuando la luna no llega, cuando las nubes eclipsan por completo las estrellas.
Ella se acerca y me abraza sujeta mis hombros, abraza mi pecho, su boca recorre mi cuello hasta llegar a mi cara.
Ella me toma soy suyo, me llena de pánico, me recuerda mis defectos, cada uno de mis fallos, incapaz de defenderme solo sudo mientras tiemblo y aúllo mientras ahogo el grito más tierno.
De pronto para, me suelta y me lanza, se ríe de mi, de mi manera de temblar, de mis sollozos, me entrega la daga, solo debo matarme, matarme y matarla, matarlos a todos.
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