Estoy embelesado, escuchando el rumor que viene de
esas rocas negras y verdosas, que rompen el envite
de las olas, en la bocana del puerto, en el aire flota
un ligero aroma a sal y yodo.
Se que no soy duende, no entiendo de sortilegios
ni de milagrerías, pero seguiré a la espera, de ver
llegar la tan deseada y necesaria lluvia, sin son
enlutado.
No estoy seguro, si podré descansar entregándome
en brazos de Morfeo y en compañía de la noche
joven, pero intentaré hacerlo en silencio,al
amparo de la sombra.
      
  
  
						
						
                        
                        
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                        Autor:    
     
	emiliodom (
 Offline) - Publicado: 2 de febrero de 2020 a las 05:47
 - Categoría: Amistad
 - Lecturas: 57
 - Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, alicia perez hernandez
 

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