Cauce enterrado (sueño, pdte)

Diego Nicolás García Contreras

Salí al patio y escarbé un poco la tierra

Para sentirme por un momento una planta cuando desprende esa aroma

Me senté en un saco de tierra

Y comenzé a pensar, a lamentarne por no estar en el lugar que debería, ese jardín soñado que veo siempre, parece estar tan lejos, la realización de mis anhelos, ¿por que se me escapan cada día?

Ya no se lo que me pasa, enciendo un cigarro y consumo mis últimas esperanzas en el brote que acaba de morir.

He perdido pienso, y me rindo. 

Bajo la cabeza y el perro viene hacia mi. Como presintiendo algo, intenta animarme pero nada puede hacerlo en plena derrota, esta es una grande y pesada derrota. 

 

De un momento a otro comienzo a oler y a ver imágenes encantadoras de todo lo que amo, mi corazón y alma empiezan a moverse, mi cabeza ordena los pensamientos y ahora parece todo tan claro y sencillo, es como que hubiera cambiado toda mi percepción y ahora el espíritu nuevamente está en mi...

 

Voy a acariciar a mi pequeño perro y mis manos comienzan a derretirse... Primero siento como sale agua de ellas hasta que toda se transforma en un chorro profuso, que llega al brazo y luego al cuello. Veo como todas mis fantasías viajan en esa agua, esa agua soy yo y ahora la estoy derramando, ¿me estoy muriendo? Mi perro se asusta y comienza a ladrar al tiempo que se aleja para no mojarse...

 

En el agua pueden verse fractales, burbujas, bella arquitectura, luces de millones de colores, escamas tornazoladas de peces azulados, y piel de muchos animales, alas de polillas y araras, camaleones, ángeles, círculos perfectos... Todo derramandose como si se hubiera cansado de mi indecisión, de mi pena, como si no cupiera tanta maravilla en un cuerpo tan desatinado.

 

Y caigo, giro en espirales de nácar, entro en flores llenas de polen, camino sobre hermosos trenzados naturales, para convertirme en piedra y molerme contra el piso... Ahora soy un río en el patio de mi casa, pero lo confunden con la manguera corriendo...

 

Lo último que puedo ver es que ese brote muerto revive y que mi cuerpo sale como las papas de un pequeño espacio de tierra... 

 

Mi alma sirvió al universo e irá a otro lado, tal vez no completa pero su en forma de agua que es la vida primigenia... Y ese nuevo cuerpo que salió lleno de tierra es un ser desconocido que se encargará de reemplazarme y del que nunca más tendré noticias... 

 

Un cuerpo igual al mio sale desnudo de la tierra y se limpia, sopla el polvo de sus hombros, y se limpia, busca ropa y nadie nota cuando llega a la ducha tiñendola de barro. 

  • Autor: No (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 17 de enero de 2020 a las 03:12
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 16
  • Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, Alisavolibaf.
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