SÍNDROME DE ESTOCOLMO

Yvette Nino

 

Cuando sombras y luz sean todo uno,

cuando odio y amor,

pecado e inocencia

no tengan más sentido,

esta carta será mi despedida

y mis gracias,

por los años de penas compartidas.

Sellabas mi celda con cerrojos

después de desearme ¡Buen reposo ,

Y siempre, sobretodo,

Dejabas en mis hombros

el peso de tu mano.

.

Te quise, sí, te quise,

y  encontraba calor

en las mañanas frías .

Lo hallaba en tu “buen día”,

En el rumor de tus pasos

y en el cantar del manojo,

 que llevabas en mano

Te amé porque dejaste

que me sintiera alguien para alguien.

me trataste como a un preso,

pero no fui un número en tus labios,

me regalabas parte de mi mismo,

conservando mi dignidad de hombre,

al pronunciar mi nombre.

                                             Gracias

 

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Comentarios2

  • Lucy Shines

    Qué triste tener ese recuerdo!!! Espero q sea solo ficción, un abrazo

  • YA SABES QUIEN

    Es como un rumor de lluvia
    sin gota alguna
    Algo que el amor negó
    y se hizo un hábito
    y la
    Peor costumbre.



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