LAS GLOSAS TAMBIÉN LLORAN

Rafael Merida Cruz-Lascano

 

Glosa, A nuestro hijo. Rafael francisco

Abril 1958--Diciembre 2019

.

Dios cambió la vida… vuestra mirada

Son heridas, hora determinada.

No entendimos tus propios sufrimientos

solo al cielo elevamos los lamentos.

Por nuestro dolor, pedimos perdón

que tu amor llenó nuestro corazón.

Rafael Mérida

.

.

.

Dios cambió la vida… vuestra mirada

si lleno de gozo, hoy es de letargo,

tu seno familiar por tus ojos

responsable, valiente, sin enojos,

sabemos que, con este trance amargo,

valoro, Hijo, tu vida equilibrada.

.

Encontramos blancura lacerada

En tu caminar de hijo cariñoso
por “AMISTAD” no podrán apagarse

solamente en ti ¡Pudo demostrarse

después, encuentras eterno reposo,

son heridas, hora determinada.

.

Cómo entender… ¡Que nos robó la calma

No entendimos tus propios sufrimientos

¡Silencio, nos mata! Lloró el cielo

¿Nuestra agonía? “Tu gesto es consuelo”

ignorancia es lo que en estos momentos

ambos padres sentimos en el alma.

.
Imposible esconder los sentimientos

Hoy desorientados,  nuestro arrebato.
nos dejaste este  dolor que es tanto

hijo, sabemos DONDE ESTAS, con llanto

la magnitud nuestra de duelo, ES CHATO.

Solo al cielo elevamos los lamentos.

.

Por nuestro dolor, pedimos perdón

cumplir tu voluntad nos da flaqueza

deseamos cumplir solo la vuestra

y suplicantes no se haga la nuestra...

SEÑOR, nos ahoga fría tristeza,

que tu amor llenó nuestro corazón.

.

.

Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano

Amparito Del León Barrios de Mérida

Guatemala, C. A.

 

CHATO: Sobrenombre cariñoso a nuestro hijo  

Ver métrica de este poema
  • Autor: Rafael Mérida Cruz-Lascano (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 19 de diciembre de 2019 a las 10:46
  • Categoría: Fecha especial
  • Lecturas: 38
Llevate gratis una Antología Poética y suscribite a Poemas del Alma ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales

Comentarios1

  • Rafael Merida Cruz-Lascano


    Comentario de Maria Beatriz Vicentelo Cayo
    Lima, Perú el diciembre 19, 2019 a las 12:12pm
    .
    Mi amado y admiradísimo Sr. Rafael Mérida:


    ¡Qué gloriosas letras ha escrito, dándonos un gran ejemplo y mensaje de cómo debemos aceptar los designios de Dios! Y aún con el ALMA quebrada, su sublime verbo se alza con sumisión! Y su poema de hombre culto, reconoce que en la tristeza hay ignorancia; lamentablemente "ese dolor aún sabiendo que es ignorancia” no se calma de la noche a la mañana.
    ¿Nuestra agonía? “Tu gesto es consuelo”
    ignorancia es lo que en estos momentos
    ambos padres sentimos en el alma.
    ¿Si, muchos dirán por qué IGNORANCIA? Porque la TRISTEZA que nos da el dolor tiene dos pilares:
    1. IGNORANCIA y
    2. MALDAD
    Ignorancia porque negamos el hecho de saber que los hijos no son nuestros; nada es nuestro, porque queremos desconocer que vinimos para finalmente morir.
    Y maldad, porque tanto USTED Y SU ESPOSA tienen más hijos, nietos que los quieren; que si ustedes se hunden en una depresión que finalmente disminuirá sus días acaso aislándose del entorno familiar sobretodo que están las Navidades encima... sus hijos, nietos y todo el entorno familiar SUFRIRAN, se PREOCUPARAN, acaso también se ENFERMEN, DESESPEREN no por quien se ha ido SINO POR USTEDES QUE SON LAS COLUMNAS DE LA FAMILIA y ELLOS LOS AMAN CON TODAS LAS FUERZAS DE SU CORAZÓN
    ¡Hay dolores que no nos permiten derrumbarnos, porque vemos caritas compungidas, llorosas que amamos y están preocupados por nosotros! Y usted ante su DOLOR, pide PERDON! ¡Qué grande es usted poeta!
    Por nuestro dolor, pedimos perdón
    cumplir tu voluntad nos da flaqueza
    deseamos cumplir solo la vuestra
    y suplicantes no se haga la nuestra
    SEÑOR, nos ahoga fría tristeza
    que tu amor llene nuestro corazón.
    Sabemos del dolor incomparable, indescifrable que entraña perder sobre todo a un hijo y también a una madre. Por ello en LOS DADOS ETERNOS Vallejo, que muchos lo interpretan como un rebelde y atrevido contra Dios escribió:
    Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
    me pesa haber tomándote tu pan;
    pero este pobre barro pensativo
    no es costra fermentada en tu costado:
    tú no tienes Marías que se van!
    Dios mío, si tú hubieras sido hombre,
    hoy supieras ser Dios;
    pero tú, que estuviste siempre bien,
    no sientes nada de tu creación.
    Y el hombre sí te sufre: el Dios es él!
    Hoy que en mis ojos brujos hay candelas,
    como en un condenado,
    Dios mío, prenderás todas tus velas,
    y jugaremos con el viejo dado...
    Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte
    del universo todo,
    surgirán las ojeras de la Muerte,
    como dos ases fúnebres de lodo.
    Dios mío, y esta noche sorda, oscura,
    ya no podrás jugar, porque la Tierra
    es un dado roído y ya redondo
    a fuerza de rodar a la aventura,
    que no puede parar sino en un hueco,
    en el hueco de inmensa sepultura.
    -.-
    ¡Muchísimas gracias ilustre y GRANDIOSO SEÑOR POETA!
    ¡Mi corazón está con usted, el corazón de todos! ¡No tiene idea de cómo reaccionó la Página, porque pensamos por un momento que había sido USTED! Uff... el corazón dio un vuelco muy grande, con la amenaza angustiante de un desbordamiento de lágrimas mi señor amado!
    ¡Fuerza, fuerza y muchísimos besos amado señor en la palma abierta de su linda mano!
    ¡Lo amamos Sr. Mérida!



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.