La vida es más larga que la vergüenza

angelillo201



Escucha hermano, tu que te avergüenzas de haber fallado y te entierras en vida para nada.

No vale la pena sentir vergüenza en esta tierra, que todos la han perdido ya, desde los poderosos  reyes a presidentes, ni el Papa de Roma se la encuentra entre tantos casos que dan asco de la iglesia, y no hay juez que condene a alguien por sentir vergüenza.

La importancia de fracasar en la vida es mínima.

Lo vital es vivir todos los años que se pueda.

Aprender es para mentes despiertas, y para gente que no se les nublen los ojos de haber sufrido tanto dentro de si mismos.

Aunque eso no importe a la hora de vivir.

Vivir es para el que no se castiga el lomo y el alma con su mente y su infortunio,  por eso se ríen cómicamente de nosotros  los que viven sin vergüenza.

Ellos no se hastían de sus camaradas como el  resto.

Recordar compañeros vivientes:

Hay que aguantar la situación por egoísmo, incluso tragarse la vergüenza para no morir de pena, porque también hay casos de gente que se muere de vergüenza.

Vivir, vivir todo vale por vivir aunque sea como ajenos a nosotros mismos.

Así vamos rodando hermanos de infortunio.

Como músicos de una tuna miserable

Que se aprieta y que se empuja hasta disolverse un buen día..

Así termina esta fiesta de vida, con un grito de angustia y de llanto entre risas de la muerte.

Que desvergonzada es la existencia

¡Oh hermanos de infortunio!

  1. Ecco homo con vergüenza en el WC.

Esta es la historia verídica  de alguien que tenía vergüenza en el trabajo y se escondía en el WC .

Se de donde procedo, no hay duda,

Del carbón y la piedra dura.

Vuelvo a la vida cuando tiro de la cadena.

No confío en nadie ni en mi mismo.

Mi ojo contempla mi destino,

¡ desmedidamente  malo!

Oh eterna desdicha,

Una odisea de desgracias.

Hoy me refugio en un bater de mis compañeros de trabajo.

Mañana en la alcantarilla de la policía.

El mundo para algunos es pequeño.

Pero para los que no tienen  destino,

A su ojo es inmenso y lleno de peligros.

III. La escopeta nacional desbanca a la ciudad gobernada por progresistas.

Vall d´Uixó gobierne quien gobierne si algo no conoce: es la vergüenza. Cualquier cosa que en otro lugar haría asomar  rojos colores en los mofletes de sus dirigentes, o sus ciudadanos más críticos, aquí pasa como normal.

En cierta ocasión, este narrador, enfermo de un extraño virus, de esos tan habituales en una atmósfera tan contaminada como es la nuestra,  y que le dejo postrado, recibió la visita de un amigo.

Llevando dos días solo enfermo, necesitado de ayuda, sobre todo para conducir su trineo tirado de perros a las montaña donde cargar leña, no perdió la ocasión y le pidió que le ayudará.

Este acepto de buen gusto.

De este modo los dos amigos aparejaron a los animales que  de buen animo empezaron a hacer el camino tirando del trineo.

Entre pedregales y fisuras  de una tierra despreciada y en desuso subieron hacia Pipa.

Los vientos invernales había despejado la atmósfera. Hacia el este se veían  cercanos en la mar  de Burriana los barcos, aunque había de distancia más de 20 kilómetros.

A sus pies, las grutas de San José, y el parking lleno de turistas.

Varios tiros empezaron a sonar  muy cerca de donde pasaba el trineo. Este hizo un alto ante el sonido de las detonaciones. Avanzaron unos metros y al girar la curva de un repecho descubrieron   un par de coches todo terreno con remolques para transportar  una ralea de caza de perros. Estos habían sido   lanzados contra  el jabalí. Mucha gente que subía a Pipa a disfrutar del domingo en más o menos sintonia con una naturaleza arruinada, miraba extrañados y frustrados que tenían cerca  una cacería de las más peligrosos y sanguinarias que se dan en Europa, porque España, nos guste o no, pertenece a Europa, aunque parezca África. Sabían que su vida corría un gran riego si tropezaban  con una jauría de perros persiguiendo a un jabalí en plena zona turística. Pero aún  así nadie se detenía.  Seguían subiendo monte arriba con resignación estoica hacia la muerte. Podía no pasar nada, o podía pasar mucho, lo que no iban a hacer era plantearse la causa de que tuvieran permiso de caza en un paraje turístico, ya que sabía el paseante dominguero, como el activista ecologista , que gobernara quien gobernara:  no tenían vergüenza ni la conocían. La escopeta nacional estaba por encima de la ciudad educadora, cuyos carteles ondeaban a las puertas de las famosas grutas de San José:  “Vall d´Uixó, ciudad educadora, te encantara conocernos  ” y al levantar la cabeza se veían sobre los ribazos un grupo de centauros armados de escopeta disparando a las palomas que caían desplumadas sobre las cabezas de turistas. Entre tanto los progresistas bromeaban felices y ufanos tras las elecciones  contra la derecha conservadora  porque la derecha reaccionaria,  eufemismo de fascistas,  les había dado el sor paso.

Y así termina esta historia, bajando con unos perros de trineos una carga de leña entre tiros de escopeta, autocares lleno de alemanes en las grutas por pistas ciclistas ilegales, con su conductor infectado por un virus raro: la vergüenza.

  • Autor: Angelillo de UIxó (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 17 de noviembre de 2019 a las 13:53
  • Comentario del autor sobre el poema: Si visitáis vall d´Uixó podréis ver muchas cosas bonitas, a gente que os caiga bien, lo que queráis sentir y ver, pero vergüenza no encontrareis
  • Categoría: Naturaleza
  • Lecturas: 25
  • Usuario favorito de este poema: Ma. Gloria Carreón Zapata..
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Comentarios1

  • Ma. Gloria Carreón Zapata.

    Bella reflexión. Si no tienen vergüenza nuestros gobiernos corruptos, ladrones, sacerdotes pedofilos,. ¿Por qué habríamos de sentir vergüenza nosotros quienes luchamos a diario para sobrevivir en medio de tanta inmundicia? Vivamos al máximo y que la gente diga misa. Un gusto disfrutar de la lectura, saludos cordiales.



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