TODOS LOS SUEÑOS

Carlos Brid

Este aguacero repentino

este espanto de rayos

 me hace dudar

 me obliga a guarecerme

 debajo de una chapa oxidada

y garabateo un pedazo celeste

un firmamento  sin grietas

un mundo distinto

 

 Yo decido quedarme aquí,

en esta arena, en este borde

con las gaviotas,

con las hormigas y con las luces

que todavía resisten

los pasillos sin ventanas.

Es otoño y es de noche,

húmeda, solitaria.

un silencio como camino

 que recorro, pensando

una mano en mi boca

como estatua

y mis ojos pensativos

 mirando los cristales de la lluvia,

en las hojas,

en los pequeños charcos de las baldosas.

Y escucho

y dudo.

No le creo, al falso profeta

que le habla a los pobres,

a los que están en la banquina

a los que un día, uno solo

es una inmensidad de anhelo.

Ya viví para hacer de la negación

mi escudo, mi defensa

y escribir que todas las manos

todos los callos de la jornada

solo tienen la promesa

que humecta la piel reseca.

-Oh apostata no le digas al desnutrido

Al exánime, al desfallecido

que su mañana será distinto!

Solo cumple la promesa

y que el pueblo que te sigue

despierte en campos de fertilidad

sin desvaríos,

sin grietas donde se escurra

el manantial de la esperanza.

No vuelvas a repetir el mismo tiempo,

porque ese tiempo que se ha ido

es el mismo donde se han caído

todos los sueños, todos los gemidos.

  • Autor: Carlos Brid (Offline Offline)
  • Publicado: 15 de noviembre de 2019 a las 11:24
  • Categoría: Sociopolítico
  • Lecturas: 57
  • Usuario favorito de este poema: Yamila Valenzuela.
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