APENAS, FUE AYER...

pani

 

Movía sus caderas...

al compás del tibio viento.

Y de amapolas

se cubrían...

las yemas de sus dedos.

 

Nada nos era

tan impávido y frugal...

como su aroma enrarecido,

 

en el lánguido ayer

de su recuerdo.

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.