SÍ, YO SÉ CÓMO DUELE

EL QUETZAL EN VUELO



Sé cómo duele, he bailado mil veces por esa canción,

Han llegado luces opacas, fuegos que incendian mis cenizas,

Adioses de papel, despedidas de madrugadas, recuerdos de día

Sí, yo sé cómo es eso y su forma de doler, matar despacio.

 

Yo también he sido víctima de corazones turistas,

Vienen, se divierten, juegan al amar y se van,

Como huracanes embravecidos dejan todo el pecho

Destrozado con un dolor que ni el vino mitiga.

 

Muchas veces he escrito poemas en servilletas y comprado un clavel, un chocolate, cantado mil canciones y terminado en dolor. Siempre pienso lo mismo. Que este será el último. Que debo darme una tregua, no someter a esa guerra al corazón.

 

Muchas veces por las tardes, salgo a caminar con mi perro,

Llega la noche y sus lamidos me reconfortan, me dan compañía

Pero salgo de noche y la busco, siempre la encuentro cantando en el mismo bar; entro tomo asiento y me embriaga su voz.

 

Ya estoy cansado, de caminar por el desierto, de escribir letras distintas, de escuchar todo tipos de “te quiero y te olvido”,

Tengo ganas de que duren más de una noche, más de tres  semanas; encontrar lo que Dios tiene guardado para mí.

 

Ya no quiero seguir, no quiero cantar, no soporto escuchar,

“Me iré lejos  con todos mis ruidos internos, mis deseos ocultos”,

Caminare por la noche oscura, confundiéndome con su dolor

Al desangrar la madrugada, moriré con el día; como poema.

 

No sé cuál de todos mis amores me gustaría que volviera,

Si todos me hirieron igual, la daga entro en mis sentimientos,

Unas más adentro que otros, pero de igual magnitud el dolor;

 Las heridas pequeñas duelen mucho más que la amputación.

 

 

Si, se cómo duele el dolor, las nostalgias y los recuerdos.

Conozco los destrozos que a tu edad puede causar ese dolor,

He sentido lo mismo atravesar por mi cuerpo y mente,

Pero otro día me repongo y vuelvo a la carga, siempre igual.

 

No te acostumbre a amar el dolor, a vivir de la nostalgia

A ser, olvidado. Recordado, amado y despedido; no vueles como quetzal, anida como golondrina, quédate como tatuaje en su piel,

No escribas un poema ni hagas de la noche una canción.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO

 

 

 

 

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