INDAGO EN PARÍS DÓNDE ESTÁN LAS CABEZAS DE LOS INTELECTUALES REVOLUCIONARIOS

DEMÓDOCO

 

Por Alberto JIMÉNEZ URE

 

No enfades

Mientras indago en París

Dónde están las cabezas

De los intelectuales

Que protagonizaron

El «Gran Terror»

Durante la Revolución Francesa.

 

No fueron tan grandes

Para no hallarles cupo

En «camposantos»,

Ni diminutos que infalibles.

 

El 9 de termidor del Año II, 27 de julio de 1794, Saint-Just (Decize; 25 de agosto de 1767 - París; 28 de julio de 1794) y Robespierre son detenidos por la Convención, atacados tanto por las fuerzas contrarrevolucionarias y moderadas, representantes de la burguesía liberal rica, asustada con el curso de los acontecimientos, como también por los representantes de la izquierda radical descontentos con la política religiosa y con las ejecuciones de algunos líderes populares parisinos. En un momento en el que muchos de los antiguos colaboradores de Robespierre deciden traicionarle, Saint-Just da pruebas inequívocas de su integridad y le apoyará hasta el final. A pesar de que parte del pueblo de París se levanta en armas y libera a ambos, hay interpretaciones en el sentido de que Saint-Just se negó a organizar las fuerzas populares. Detenido otra vez por los thermidorianos, es ejecutado sin juicio en la guillotina junto a Robespierre y sus partidarios el 10 de Termidor. Sus muertes marcaron el final del periodo del Terror [Wikipedia]

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  • Autor: DEMÓDOCO (Offline Offline)
  • Publicado: 11 de octubre de 2019 a las 07:38
  • Categoría: Gótico
  • Lecturas: 25
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Comentarios1

  • Hermes Antonio Varillas Labrador

    Capítulos sangrientos de nuestra historia de la humanidad... La violencia genera violencia, no podía ser otra la raíz de los movimientos revolucionarios que se escudan en los falsos principios de libertad, igualdad y fraternidad prometidos demagógicamente. ¿Puede existir fraternidad en el acto de cortarle la cabeza a tu prójimo?. Por cierto, es importante destacar la terrible paradoja del terror, se inventan la guillotina en un proyecto de ley para humanizar, ¿a qué costo de derramar más sangre?
    "Aunque se ha dicho que el Dr. Guillotin comprobó en cuello propio la eficacia de su invento se ha comprobado históricamente que falleció de muerte natural en Paris, el 25 de marzo de 1814, cuando la máquina por él concebida funcionaba en lugar fijo, en la plaza de Gréve" - (Humberto F. Burzio. en “La ejecución de Luis XVI en un manuscrito anónimo”).



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