DOS POEMAS EN UNO; Y LOS SERES RACIONALES CONSCIENTES.

José Mario Calero Vizcaino

I.

 

Amanece,

el mar está calmo,

no hay indicios de viento;

y las hojas,

          que aún quedan,

          en los árboles,

          están estancas.

Hace fresco de Septiembre,

en el hemisferio norte.

La habitación está aún húmeda.

Se acerca el equinoccio de otoño.

 

En días pasados,

ha habido una larga

          pero ligera tormenta;

          poco común para el Báltico.

Las lluvias han sido intermitentes;

poco se ha asomado el sol;

incómodo para quienes

          nos transportamos en bicicleta.

 

Las hojas

          están cambiando de color;

y con la tormenta,

ha habido una sincronía

entre el viento y las hojas.

El viento en las hojas,

          genera una orquesta natural.

Un espectáculo…

 

Pero hoy,

          ha regresado la calma.

El sol está brillando.

Los transeúntes

          están ligeramente abrigados.

Puedo salir,

          y respirar el aroma marino,

          en el aire.

Las hojas se han tornado

          a un matiz anaranjado.

Ese matiz otoñal,

cálido para la vista,

contrarrestando la aurora,

          del frío,

          de fin de año.

 

Se fue un verano más.

Se acercan las festividades

          de fin de año.

Se terminaron

          las largas vacaciones;

regresa la rutina,

las actividades de nuestros hijos.

Las clases de canto,

          y de gimnasia rítmica.

Los rostros familiares de la sociedad,

otros padres y madres

          e hijos e hijas,

          que tienen rutinas similares.

 

En este lugar,

          se respira tranquilidad;

además de tener el privilegio

de un aire limpio y puro.

 

Con la cercanía

          de las festividades decembrinas,

siento nostalgia

de mi familia;

          mis padres y mis hermanos

ya todos somos adultos.

Ahora, algunos, vivimos

mitad de nuestra vida,

y mitad de la vida

          de nuestros hijos.

 

Siento bienestar,

al estar consciente

de que mi hija,

se desarrolla en

uno de los mejores

          lugares de este mundo:

                   clases de Canto;

                   clases de gimnasia rítmica;

                   amistades,

tiene una infancia plena.

 

La escala de

          la ciudad, en la que habitamos,

          es agradable;

las distancias son cortas.

Los días pasan.

Los sueños se van cumpliendo.

 

Poco

          a poco…

 

II.

 

Poco

          a poco…

 

Como la tonalidad

          de las hojas,

          de un árbol caducifolio;

van cambiando con el paso

          de las estaciones;

como los niños van creciendo;

como el vino va madurando;

como la ropa lavada se va secando;

como el tiempo va pasando,

          sin tregua.

 

¡Los sueños se van cumpliendo!

 

Las heridas de la adolescencia,

          van sanando.

Los proyectos,

          se van construyendo.

La infancia,

          se va quedando atrás;

para dar cabida,

          a la infancia

          de las generaciones venideras.

 

Poco

          a poco…

 

Las heridas van sanando;

la salud se va desgastando.

 

Las consciencias, entrelazadas

          de nuestro matrimonio,

          van dibujando nuestro porvenir.

 

Al llegar el invierno

          algunos árboles, los no perennes,

          perderán sus hojas.

 

Faltará menos tiempo;

como los dientes de leche

          se caen,

para dar cabida a la dentadura

          permanente.

 

¡Y así,

          cada ser racional consciente

          - tiene un destino!

 

Así,

          se va esclareciendo

          el nuestro;

                   con paciencia;

                   con madurez;

                   con el disfrute

                              del pasar del tiempo.

Como una escultura

          que va tomando forma,

          hasta su forma final;

antes de que sea demolida,

o el tiempo la desgaste

 

¡Las buenas decisiones,

van labrando el destino

de los seres racionales conscientes!

 

Los procesos sanos

normalmente culminan

en finales

          plenos de éxito y felicidad.

 

Así el amor,

          va fraguando en las células

          de nuestros corazones;

          Circulando por las venas

          de nuestras almas.

 

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