EL COMPLOT DEL BIBELOT

Julieta Iallorenzi


Pueden superarme

En maldad

Pero jamás en inteligencia.

Nunca planifico

Pero mis improvisaciones

Previenen los finales...

Cada acto

Como eslabón de una cadena,

Se lo que ataña

Hasta donde llega

Y como desatar la maraña.

Lo único

Que me nubla la ultranza

Es la confianza.

Y no decido

Me cercena la voluntad

Creer sin comprobar

Y me dejo guiar,

Como no porto protervia

Espero lo mismo

De los demás.

Y el presentimiento

Oscuro

Que tuve desde el primer

Instante

Se ríe seguro

En las sombras distantes.

La percepción

Siempre nos avisa

Lo que lo racional esquiva.

Y la malicia

No tiene motivos,

Carece de lógica

Solo es un trágico patrón.

Que para cumplir

Con su repetición

Me necesita a mi

Te necesita a vos,

Para aleccionarnos

Hacia un lugar peor.

Donde ofrezcas

Servicios

Y te quiten los beneficios,

Donde regales el fruto

Y te supriman el disfrute.

Eligen a los que

No podemos vivir

Sin la dicha compartir,

Y nos sacan

El gozo de existir,

Nos exprimen el jugo.

Y cuando eso sucede

Nos culpan

Por habernos fiado

De su insidio

Perfectamente armado.

Como si el amor

Por la humanidad

Fuera algo digno

De erradicar.

La mayoría

En esa instancia

Ennegrece

Los colores de su aura

Y cambian los roles

(De víctimas a victimarios)

Para no sufrir

Otro agravio.

Lo que yo sé,

Lo que yo hago

Es no perder

La dulzura,

No poner clausura

A mi benevolencia.

Al mal no se lo detiene

Con mas violencia

Ni hay que hacerlo

Vencedor

Enturbiándose la esencia.

Mi vida fue

Una larga cadena

De torturas,

Cuanto mas socorrí

A los demás

Mas tuve que correr.

Mas yo sé

Que mis asesinos

Fueron mis maestros,

Si no me hubieran

Flagelado

Nunca hubiera descubierto;

El rostro humano

Del demonio,

La fuerza volcánica

Que portan mis venas,

Y por sobretodo

Revelarme a mi misma

La pureza que tenía.

Pues no me arrepiento

De ayudar a un harapiento

Aunque me asfixie

Con mi propia chalina

De seda de cachemira

En mi primer despiste.

Queda sellada en mi

La serenidad

De ser correcta

Aunque me remuneren

Con adversidad.

Aprendí que al mal

No se lo puede frenar

Solo queda

Protegerse,

Para que no pueda

Completar su serie

Encadenarnos por siempre.

No perdí

La calidad de mi sentir,

Ni extravié

La capacidad

De la puerta abrir

A desconocidos,

Con el misterio

Del riesgo en sus ojos

Pero en los míos

Ya no habría sorpresa,

Ni seria una presa

A menos que yo lo permita.

Y a este punto

De mi roble

No se alimentaría

Cualquier alimaña

Toda termita

Que de sororidad se tiña,

Eso ya no me engaña.

Y aunque parezca

Algo huraña

Solo soy selectiva

De quien me acompaña.

Únicamente

Me despojé

De la credulidad

Y no tomé por cierto

Ni conmigo

Nada que no pudiera

Comprobar.

Y siempre busco

Que las teorías

Encajen con los hechos

Y no los hechos

Con las teorías.

Todos distorsionan

Sus historias

Para que triunfen

Sus conjeturas

Por sobre las certezas,

Y yo muestro

Tal cual son

Las secuencias

Aunque me perjudiquen,

Para que reine en mi

La autenticidad.

Y nunca me adjudiquen

Lo que no dije,

Y tampoco

Me feliciten

Por lo que no hice.

Esta integridad

A muchos ominosos

Los torna infelices,

Porque los desnudo

De disfraces,

Vuelvo añicos

Su escudo de subterfugios,

En mi imperio

Los nefastos

No encuentran refugio.

Y de mí

El mismísimo mal se aterra,

Erróneamente,

Porque si no fueran

Sus acciones las execrables;

No habría nada que mostrar

Nada que exponer

Nada que juzgar

No serían los culpables.

Y lo más hiriente,

Es tan triste,

Como solo se arrepienten

Cuando se escribe

En su frente

Lo que son

Y no pueden proseguir

Con la negación.

Solo un enfermo

Puede pensar y razonar

De igual a igual

Con algún enfermo,

Pero me consta

Que sienten

Que no puede prosperar

Otro,

Un Ajeno,

Sienten que se les quita

Algo a ellos,

No pueden dejar

Corazones florecientes,

Ni vida latente

A donde van,

No hay presea

De la que no se apropien.

No sé concadenar

Su entendimiento

Pero si se desencadenar

Sus azarosos intentos.

Y despertar

A los durmientes

De inocencia somnífera,

Y el camino

Dejarles reluciente

Despejado

Para que aquella

Neblina no llegue

Y los desvíen

De su sendero,

Cambiándole

Los carteles de ruta

Diciendo que allí

Es la gruta hacia el oasis,

Tirándolos a un agujero

Siendo la ingenuidad

El mejor suero

Para los puros.

Esa malicia

Los hace vivir en apuros.

Yo nunca desconfío

Hasta que no me punza

El garfio,

Bastante cerca

De mi epitafio.

Siempre aguardo

Hasta el ultimo segundo,

Cuando se manifieste

Todo aquello que percibo,

Para que se abracen

Las pesadillas

Con las realidades,

Se fundan

La clarividencia

Con la evidencia,

Para que se unifiquen

Mi bola de cristal

Y de mi cerebro

La pineal,

Para ser

Sentipensante,

Y se besen

Los atisbos etéreos

Con la materia tangible.

Y se rompa

La atadura temible

La cortina invisible,

Para no dormir

Con el enemigo.

Es que no puedes defenderte

De lo que no sabes

Que te esta atacando

O aun lo esta planeando...

Mientras hace juramentos

Que los barre el viento,

Mientras regala obsequios

Que al matarte

A él retornan.

Estos seres siempre roban

Más de lo que merecen,

Más de lo que abarcan,

Y lo que tocan

Perece.

A mi me han marcado

Con el numero trece,

Y aun así nunca cerré la puerta

Tampoco dejé de estar alerta.

Sé que siempre me visita

Con otra cara

Con otra risa

Con otra falacia

Pero la misma estrategia.

Ya le tengo alergia

A los impostores

Y estornudo

Sobre sus antifaces.

Ya les reconozco

Todas las facetas,

Por eso sé

Donde finaliza la cadena

Donde se pisa el embuste

Y cuando

Se desarma la maqueta.

Es un largo enlace

De traiciones,

De la vida

Me ayorné en la desventura,

Me culpaba

Culpaba a la suerte

Culpaba al universo

Culpaba a la muerte

Por llamarme

Tan pronto y tan seguido,

Siempre a manos

Del mas conocido

Del menos temido

Encontraba el peligro.

Y comprendí

Que ausente

De responsabilidad

Esta dios

Por los planes

De los hombres.

Entendí

Que el azar

Es una lotería

En la que muchos perdemos

Para que otros ganen.

Supe

Que no correspondía

Retractarme

De lo que yo no decidí.

Nunca fui cómplice

De mi propia ruina,

Y siempre mis elecciones

Portaban sabiduría.

Nadie jamas podría

Decir

Que seguir ordenes

Obligadamente

Dañando el libre albedrío

Descaradamente,

Nadie podría sugerir

Que eso es elegir.

La carga negativa

No es del influenciado

Es de la influencia

Y su atroz tentativa.

Es como si los civiles

Se culparan a si mismos

De tener dictadores.

Como si la víctima

Se juzgara

Por dar con secuestradores.

Como si la liebre

Hubiera podido salir ilesa

En zona de cazadores.

No es el karma

No es el cosmos

No es nada propio

Son los propósitos de otros.

Mientras uno cuenta flores

Ellos cuentan las horas

Para cumplir su objetivo,

Enunciar sus intenciones

Multiplicando los terrores.

Y para esto

No existen prevenciones,

No hay lugares

Ni horarios

Muchas veces no hay indicios.

Como el habitante

Mas normal

Desafía la moral.

El esposo

Mas confiable

Guarda un fusible

Tras tu pedestal.

El amante

Mas amable

Tiene armas

En su miembro,

De repente

Ya no espera

Tu consentimiento

Y te gatilla

Bien adentro.

El amigo

Mas apegado

Mas cariñoso

Tiene fotos

De sarcófagos

Y sobre ellos

Coloca tu rostro.

El mas quieto

Puede derrumbar un edificio.

Lleva años construirlo

Y segundos demolerlo.

Ellos no entienden

Ni les importa

Lo irreparable

De sus hechos.

Cada movimiento

Como efecto dominó

Desploma lo que alguien

Con paciencia

Y esfuerzo construyó.

Eso es natural

Lamentablemente

Hasta casual,

Pero un tornado

No toca cinco veces

El mismo faro,

Eso es causal.

Sobrepasa lo antinatural.

Y lloré rayos

Buscándole un porque

¿Si ya me desintoxiqué

Por que esas moscas

Aun se posan

En mis ventanales?

¿Por que esas nuevas personas

Traían nuevas desgracias?

¿Por que si eran ignotos,

Sin nunca antes haberlos visto

Me buscaban

Casi sabiendo

Donde encontrarme?

No eran bromas pesadas

De la suerte,

Eran las manos

De los hombres

Complotadas a muerte.

Y de trofeo

De cacería

La cabeza mía...

Con cada inédito

Atormentador

Me fui portando

Cada vez mejor.

Creyendo que yo

Su odio provocaba,

Creyendo que algo

De eso de mi dependía,

Que algo cambiaría

Que esta vez lo evitaría.

No era normal

Que el tsunami devaste

Todos los años

La misma ciudad...

Y ellos

Seguían replicando

La conquista

El daño

Y la huida.

Tan protocolado

Que ni parecían

Crímenes pasionales,

Simples arrebatos,

Mas bien eran

Trabajos encargados.

El día que descubrí

La unión de los eslabones,

Que cada persona

Con la que sufrí

Se conocían entre sí

Y estaban confabulados

Algo brillo en mí.

Un foco lumínico

Que tenue alumbraba

La verdad macabra,

Las peores sospechas

No se habían equivocado.

Y así ya el cielo

No se tornaría nublado,

El panorama

Por fin estaba destapado.

Sabia que entraban

Por mi confianza,

Sabia que volverían,

Y sabia que no se irían

Con las manos vacías.

Y se repetiría

Mientras continúe con vida.

Sabia que lo hacían

Para borrar con eso

Sus maltratos

Sus antecedentes

Sus ilegalidades.

Harían creer

Que el problema era yo

Por vivenciar lo mismo

A cada rato

En la misma fecha.

Y cada vez

Subían peldaños

En la escalera

De rudeza,

Cada vez eran más

Las flechas

Y más profundo se clavaban

Destruyendo mi corteza.

Así que fui juntando pruebas,

Tan solo sobreviví

Para contar como me asesinaron.

La única vida eterna

Que existe

Es la certeza

Al contar nuestra historia,

No dejaría que la ensucien

De maleza.

Así que por cada invento

Un argumento,

Por cada falacia

Una evidencia,

Y ellos siempre se fugaban

Cuando ya todos sabían

Quienes eran.

Y se tornaban al silencio

A la huida,

Morando en la nada

Buscando nuevas chicas,

Que no sepan tanto

Y lo crean todo.

Intuía que bien no dormían

A sabiendas de que

Pululan testigos

Y aquí escribe una sobreviviente...

No podían dejar

Cabos sueltos.

Y regresaron

Mas ingeniosos

A la par que yo

Mas preparada,

Me usé a mi misma

De carnada

Con tal de derribarles

La fachada.

Después de ser asesinada

Con la memoria intacta

Los sentidos bien sentidos

Y los ojos abiertos,

El próximo golpe

No me tumbaría tanto.

Ya sabia los pasos

Cada fase del cortejo

Y del descenso.

En un comienzo

Serían encantadores

Tenían una lista

De mis gustos

Para atraerme,

Y aunque se notaba

Que solo actuaban

No pararían

Con el acting

Hasta atraparme.

Acto seguido

Comenzarían a convencerme

Y si no lo logran,

A insistirme

Y si no lo consiguen,

A obligarme

A embarazarme.

Justo ahí darían lugar

A los maltratos,

Me prohibirían

Contacto con el mundo,

Para que escaseen

Los dedos que los señalen

Cuando con la suya se salen.

Me dirían

Que me encierran

Para protegerme,

Que me pegan

Para que aprenda

A no entrometerme,

Me dirían

Que el sentido de mi vida

Es cumplir sus sueños.

Y comenzaría lo físico

Lo infalible,

Me prohibirían

Acercarme a comestibles,

Hasta llegar

A privarme del liquido,

Mientras me explotan

Para conseguirles un banquete

Y degustarlo enfrente mio.

Sabia que me enfermarían

De lo primer venéreo que encuentren,

Y me prohibirían

Acceder a los medicamentos.

Y cada noche fría

Se sentarían en la esquina

De la cama

A contemplar mi muerte,

Y enfurecerse por su lentitud.

Y mientras agonizo

Los veo borrar los rastros,

Las huellas de su presencia,

En la futura

Escena del crimen.

Y cuando piensan

Que es mi ultimo aliento,

Los observo huir con el viento

Gélido del cruel invierno.

Y por ultimo

Si lo supero,

Negarán lo ocurrido

Contarán lo opuesto

Matarán además al hijo

Y voltearán el crucifijo

Y la balanza a su costado.

Pero como dije

Me llevan la delantera

En maldad pero jamás

En inteligencia.

Esta vez yo los esperé

Y mi propia tumba cavé,

Solo para demostrar

Como los homicidas

Siempre vuelven

A la escena del crimen.

Todos juntos llegaban

Retozaban, celebraban,

Demasiado pronto.

Fue el momento indicado

Para sacarles una foto

Y quede así demostrado

Lo confabulado.

Para ese entonces

Las perforaciones

No podían ser tapadas,

La carne no podía

Ser remendada,

La sangre no podría

Ser devuelta.

Tan solo quedaba

Imborrable la memoria,

Tan solo debía

Demostrar devuelta

La historia,

Eso garantizaba

Mi vida eterna.

En mi epígrafe dirá:

''Si sobre mi nombre

Desde sus lenguas

Alguna mentira

Se proyecta,

Volveré insurrecta

Y de sus miserables almas

Haré colecta.''

Me aventajan en psicopatía

Pero jamas en astucia,

Boicoteé su complot,

Y suenan ahora

Ceremoniales los fagot,

De los grandes conspiradores

Solo queda

Un minúsculo bibelot.


JULIETA IALLORENZI

PATENTADO EN SADAIC Y DNDA

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