Postal de septiembre y el desolador cambio climático.

Coty



Los ancianos de mi pueblo suelen evocar las "cabañuelas"

cual si fuera una leyenda que relataban voces ancestrales.

Los primeros doce días de enero

marcarían cómo se comportaría el clima a lo largo de los doce meses del año.

Cada día representaba un mes.

Así, ellos sabían si llovería en abril o en mayo

Si la canícula o época seca en julio permitiría recoger cosechas

Si los aguaceros serían copiosos en octubre

O tendrían que desengavetar abrigos en noviembre.

El clima era bastante predecible en aquella época.

Contrario a ahora, que es absolutamente loco.

El cambio climático es una aplastante realidad.

Y provoca mucho dolor y mucha impotencia

las incongruencias en la actitud de individuos y colectividad

en la protección del medio ambiente.

El planeta arde en todos sus puntos cardinales.

La contaminación es la consigna mundial.

Flora y fauna se extinguen  a paso acelerado con la destrucción de sus habitats.

El hombre se condena a la autodestrucción.

La voluntad política apunta

a los intereses más mezquinos de los cada vez

más voraces e inescrupulosos gobernantes.

Las potencias encubren en un doble discurso

su compromiso ecológico.

El Tercer Mundo sumido en la ignorancia

contamina y destruye mucho más.

Los indígenas y defensores de las reservas naturales

son martirizados y aniquilados.

El mundo ha despreciado la sabiduría y sensatez

seducido por el putrefacto poder del dinero.

Nuestro planeta está colapsando

 y nuestra civilización está  condenada a desaparecer.

La actitud ambientalista sigue moviéndose en el marco teórico

sentados cómodamente en una butaca

viendo un documental de Nat Geo

o mostrándonos ecológicamente sensibles

con publicaciones en redes sociales

mientras todavía abunda el plástico en nuestras cocinas,

continuamos abusando de la comodidad del vehículo 

rindiendo pleitesía a la cultura desechable

Y todo esto sumado al hecho de que,

UNO es, la síntesis de la insignificancia

la desolación, la impotencia, la casi nulidad...

Aunque...

Uno,  en obediencia a la Voluntad de Dios UNO y TRINO

Uno con un pensamiento responsable,

Uno hace eco...

y Uno será Dos y Tres... y Cien, y Mil, y Diez millones

y quizás Billones,

con el MISMO pensamiento RESPONSABLE

que convertido en ACCIÓN provocaría REACCIÓN

y todavía... todavía

tal vez, todavía...

podamos volver al tiempo aquel

donde había verde en el planeta

y flora y fauna diversa 

Y tal vez le quede aún vida a nuestra Tierra

para enseñar a los niños

a prestar atención a cabañuelas

los primeros doce días del año.

 

 

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  • Autor: Desiderata (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 12 de septiembre de 2019 a las 22:49
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 47
  • Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, Texi.
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