Un día como hoy.

¿Quién lo diría?

Hace dos años, en un día como hoy... te conocí.
Desde el primer momento me caiste muy bien y hubo algo en ti que me enamoró, quizás fue esa sonrisa que no se quitaba de tu cara, que hacía que se iluminara la mía, o tal vez fue lo bien que me trataste desde el primer momento...
Poco a poco fuimos cogiendo confianza, yo te contaba mis penas, mis alegrías, mis tonterías... todo, y poco a poco, caí rendido a tus pies

Por mi parte, puedo decir que he aprendido a amar cada una de las virtudes y los defectos que te vuelven tú, porque no cambiaría absolutamente ninguno de ellos. Te quiero tal y como eres y soy feliz porque tú sientes lo mismo por ti. Fueron magicos los momentos, en los que me doy cuenta de que uno se puede enamorar cuando menos se lo espera y de quien menos se imagina, y que justamente eso es lo que vuelve tan grande al sentimiento.

Cuando te conocí no tenía idea de que estaba a punto de vivir la aventura más emocionante de mi vida. Cada día a tu lado fue un camino lleno de aprendizaje, en el que tropezamos, y nos reímos, pero en dónde yo creía que podíamos superar todo.

Supongo que fue un error el querer estar toda la vida contigo, porque lo cierto fue de que era muy joven y no tenía idea de lo que tenía preparado el destino. Aún así, solo quiero que sepas que eres lo más bonito que me ha sucedido y que por nada del mundo cambiaría estos instantes que he vivido a tu lado. Me he propuesto a aceptar tu decisión y alejarme de tu vida para que seas feliz aunque yo aún piense en ti.