Si se fue, mejor.

Alan Martinez

Basta ya de llorar por alguien que no está, que se ha ido. Basta ya de sufrir por quién te robó el amor, se lo llevó lejos y lo rompió en mil pedazos. No se merece ni una sola lágrima más derramada en este olvido. Deja que se vaya, que no vuelva. Estás mejor sin alguien así cerca. Para qué complicarte la vida, para qué seguir llorando la ausencia de alguien que nunca se mereció un presente contigo.
Cuando se acaba el amor no es fácil, todo duele y te recuerda lo que tuvisteis juntos. Es un proceso de cambio y soledad en el que es necesario entender que esa persona no era lo que necesitabas en tu vida. No si es capaz de doler así. Por eso, disfruta de este tiempo a solas contigo mismo. Haz todo aquello que no hiciste por no molestar, que callaste por no enfadar. Haz todo lo que te dé la gana y sé feliz. Ya va siendo hora de dejar de sufrir por gente que no se merece ni un solo disgusto más.
La vida es un tren lleno de oportunidades. Miles de estaciones diferentes en las que bajarte a disfrutar, en las que reír y soñar. No te ancles a un pasado que no avanza, en una estación tormentosa en la que nada te hace feliz. Vuelve al tren, sal de ahí. Abre las ventanas y deja que el viento seque las lágrimas mientras el futuro te espera en la siguiente estación.
Tú decides cómo afrontar el desamor. Yo lo considero una oportunidad para volver a elegir sabiendo qué es lo que no quieres. A base de tropezar, uno aprende a caminar sin caer. Y lo mismo pasa cuando una relación no funciona. Aprendes una lección más que aplicar en tu siguiente parada. Sabes qué buscas y qué no, lo que quieres y lo que esperas y, lo más importante, qué es lo que te hace feliz de verdad.
Ya llegará quien te llene. Una persona que, aunque cometa errores, sea capaz de hacer que todo funcione. Que te ame como nunca antes nadie pudo y no deje nuevas heridas en un corazón que ya tiene demasiadas cicatrices. Que te quiera con todo y acepte lo que eres.
Y tú, igual.
Si la persona que se fue no te hacía sentir eso, simplemente no era la adecuada. No había futuro alguno con alguien que, en vez de regalarte vida, te la quitaba con cada disgusto. Así que basta ya de echar de menos un amor moribundo y mira al frente. La vida es demasiado corta para vivir en pasado, llorando un adiós y sin dejar al futuro llegar de una vez por todas para cambiarte la tristeza por una sonrisa que, esta vez, dure al menos un par de estaciones. O quién sabe, igual toda una vida.

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