Amada mía.

Por tu cariño estaría dispuesto a lo que no cualquier persona; te entregaría mi alma, casi proclamandote una deidad, mi deidad. Te lo haré saber de la mejor manera, ya que "mis lágrimas son la muestra más grande de mi sinceridad".

A una paloma mensajera le clavaré un alfiler en los ojos con una nota de (amor), llegará a tu ventana, la leerás y sentirás recorrer por tus piernas un cosquilleo. Habrá en la nota un pincel con matiz amarillo; para que al llegar al sol y cambien de color tus ojos no lo veas extraño.

Estaré gritando y cantando al mismo tiempo, para que sientas el viaje menos cansado. Estaré esperando el momento de fotografíar tú expresión y guardarla en mi memoria como un "recuerdo" eterno.

Cuando termine; estarás tan excitada y llena de rasguños que no reconocerás tu rostro. Mirarás tus manos y al mismo tiempo tus piernas, ambas con el dolor de huesos rotos.

Terminaré repitiendo en tu oído lo mucho que te extrañaba, mientras sigues en el viaje escuchando mi voz, como canción de cuna para el híbrido de dos bestias que dormitaba.

Estarás tan extasiada que tú conciencia dará paso al cuestionamiento de la vida, y te preguntarás si fue real, una alucinación, o si tal vez fuera un viaje a base de mescalina.

Mi mirada susurrará la respuesta lentamente mientras respira en tú cuello, y dirá; "lo que pasó esa noche, sólo fueron los reflejos del amor que te he ocultado durante tanto tiempo".