ME GUSTA CUANDO LO HACES

EL QUETZAL EN VUELO



 

 

Me gusta lo que haces y como lo haces,
sabes ser lluvia serena en verano y viento huracanado en otoño,
beso tierno por la mañana y caricia apasionada por la noche,
sabes ser niña, mujer y poeta; me enloqueces de amante.

 

Me gustas por las mañanas, cuando acomodas mis sueños al despertar,
en mitad el día, sabes esperarme junto al deseo, hilvanando una ilusión,
por la tarde sacas tus versos a pasear, compartiéndolos con el viento,
cuando regresas por la noche, tu piel aun huele a violetas y deseo.

 

Cuando estoy contigo, la tarde celosa, se siente herida y llora,
refleja su dolor en rojo estallido de sus débiles luces en la montaña,
y la luna se ahoga en el horizonte y cae al mar, buscando como consuelo al sol;
yo disfruto tu amor, como un adolescente su primer beso.

 

Contigo mis letras dejaron de ser solo papel, letras mal acomodadas,
trajiste a mi vida la luz que siempre busque en medio del día,
las manos que extrañaban mis manos y el beso presentido,
contigo volví a comenzar, lo que ya había iniciado, sin éxito antes.

 

Has dado brillo a mis canas, ganas a mis tardes y amor a mis noches, pasear contigo por mis versos, es visitar a Neruda en el Poema 15, a Benedetti en Chau Número tres, a Cardenal en Epigrama; es dejar plantado a Cesar Vallejo en los Heraldos Negros y no pisar Piedra Negra Sobre Blanca.

 

Contigo la tarde dejo de ser una Utopía, dejo de tener color esperanza
junto a ti las flores ya no se dan solo en  invernadero, son parte de la vida. Ya no escondo mis versos en un papel o en el viejo cuaderno de pastas azules; ahora escribo un verso en tu espalda o muy cerca de tu vientre, subiendo al pecho, para alcanzar tus labios.

 

Ahora la noche dejo de ser ese tiempo de espera, ya no me interesa la luna, el sol puede salir o quedarse acostado con la luna, mientras la tierra gira, puede no venir la golondrina a mi ventana como cada mañana, pero por favor no tardes con tus besos y el café de madrugada.

 

Quiero reinventar la tarde -noche que amanece, sin el sol ni la luna, vivir como vive Cronos, siempre eterno, sin horas ni minutos; sin días ni semana, solo un instante prolongado y sin final abrazado a tu cintura, haciendo lo que mejor haces.

 

 

LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO

 

 

 

 

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