Quijotes y Sanchos

Alberto Escobar

 

Descansa muy a su pesar

 

 

 

 

 

 

Compañero, ante la impotencia
solo nos queda paciencia
y barajar

 

 

 

 

 

 

 

 

Sancho, amigo mío, en lontananza diviso un castillo,
presumo debe de ser del esforzado caballero que
me aguarda en duelo.
¡Qué castillo ni que niño muerto Don Alonso!,
lo que se observa, si mis ojos no me engañan, es
una taberna de esas que se ofrecen al caminante
para su solaz a tan polvoriento camino.
¡Estás seguro Sancho! Juraría por Dios que se trata
de la morada del Palmerín de Inglaterra, que bien
rezome en sus andanzas que establecería asiento
en estas tierras castellanas. Vayamos a rendirle
pleitesía amigo Sancho.
Tras salvar el trecho que les restaba hasta la posada,
el caballero de la triste figura y su esforzado escudero
se apearon de sus cabalgaduras, las surtieron de abundante
pasto y agua en las caballerizas y se dirigieron al Alcaide,
según demandaba Don Alonso, para salvar las honras.
Don Alonso, intercedió Sancho, ¡que no se trata de ningún
alcaide, que no estamos en ninguna fortaleza!, cuando
de seguido acudió el mesonero para servirlos, si era posible.
¿Es usted Palmerín de Inglaterra, el honroso caballero
que me aguarda en duelo?
¡Pero que dice usted señor!, replicó escandalizado Manuel,
que así se llamaba el dueño de la hacienda.
¡Pero, me quieres tomar el pelo o te arrugas ante la amenaza
de mi presencia!, insistía el ingenioso hidalgo.
Ni corto ni perezoso desenvainó su tizona y la emprendió contra
el desgraciado mesonero que, despavorido, voló escaleras arriba
seguido por el ansia vengadora del insano caballero.
A la postre Don Alonso, maltrecho, acabó postrado en la cama
tras haber sido reducido por unos hombres que, de paso a la sazón,
salieron al auxilio del posadero.
Tras recobrar el "Juicio" siguió jurando y perjurando su verdad.
Castillo inexpugnable.

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  • Autor: Albertín (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 18 de julio de 2019 a las 16:22
  • Comentario del autor sobre el poema: En el reparto celestial de las cartas, a unos nos ha tocado ser quijotes y a otros sanchos. Los quijotes insisten en el error y los sanchos no se atreven a equivocarse.
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 38
  • Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, Alexandra L.
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Comentarios2

  • kavanarudén

    Excelentes letras mi amigo y poeta.
    La persistencia es admirable.
    Nadie le hizo cambiar de parecer, el pobre Sancho que paciencia tuvo, ejemplo de buen amigo y compañero.
    Pues creo que dentro de mi persisten ambos. En ocasiones está más presente uno, en otras el otro. Pobre de mi desgraciado.
    Un placer, como siempre, leerte amigo y hermano de letras.
    Kavi

    • Alberto Escobar

      El placer es mío amigo Kavi. Este recuerdo del Caballero de la triste figura me viene porque me ha venido a encontrar, por azares de la vida, algún que otro Quijote. Un abrazo.

    • Syol *

      ...la lealtad ciega y sin preguntas pasa a ser esclavitud...

      placer de leerte Alberto..
      Saludos desde la ciudad achicharrada...l0l

      • Alberto Escobar

        El placer de verte por aquí es mío. Gracias Syol y buen Verano.



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