Margaret

Es una injusticia de verdad, camino tras de ti a muy alta velocidad y no logro alcanzarte.

Tu amor no se alejará tan fácilmente de mí...

Me conoces profundamente, sé muy bien lo esperas que haga por ti.

A veces parece tarde y otras ocasiones muy prematuro, pero creo sentir tus deseos de tenerme y sonreír.

Margaret, cuanto extrañé tu labial, el perfume imantado y esa arrogancia que parecía hipnotizarme.

Margaret, el egoísmo también; entrañables son tus defectos, pues no olvido que tuviste misericordia cuando todos se reían de mí.

¡Margaret! Tú, mi primer amor, a pesar de haber nacido algunos años antes que yo lo hiciera.

Te amaré y te amaré, aunque tengas decidido irte para siempre.

Lavaste mi cara, cubriste con rubor mi rostro, me enolviste en la vanidad que te hacía lucir tan bella.

Ahora te despides, nada puedo hacer. Te seguiría al infinito de ser necesario, para así poseer tus sentimientos.

¡Margaret! Quizás puedes pensar que sólo es agradecimiento, pero no, juro que serás mi amor eterno.

La mujer del los guantes negros y los oscuros secretos.
Ella es perfecta, y su apariencia adornada con rareza.
Lleva un nombre inusual y sus pensamientos delatan su tristeza.

La soberbia nos intentará engañar, mira a tus espaldas, algo malo se acercará.

Tus palabras, mujer amable, tus pensamientos se revelarán cuando el sol esté de vuelta.

Una anécdota más, y caeré nuevamente para que un ángel curé mis heridas.

Margaret, esta casualidad no pudo ser mejor.