Poema de muda

Margarita García Alonso

 

Porque estamos donde no estamos. Pierre Jean Louve

 

Dibujé para este tiempo

un talismán

de curiosidades.

Infantiles trazos

en forma de herradura

se oxidan

en la saliva.

 

Me porto mal

cuando visito tu boca,

la esquina, las cortes,

los cortejos.

En circunstancia,

en ente social desprendo

un ángel que trasmuta

acuosos ademanes,

máscaras, sonrisas,

insistentes sonrisas

de sociedad en caos.

Mi animal ataca siguiendo

un plan desconocido:

mi cuerpo crece monstruoso,

sin orden crece,

sin aire crece,

sin agua crece,

crece torturado.

El alma y detallitos invisibles,

- con microscopio

y buena voluntad,

    no cuentan-

ceñida a la oscuridad

esbozo excusa.

Quiero gravitar el enjambre,

que me quiten,

que no me quiten más,

acorralarme

hasta que salte

y no lo consigo.

Entre los muslos el ácido

disuelve los ovarios

que golpean

amantes de turno.

Escarbo miradas,

en la absoluta espera

de una estocada

he perdido el asombro.

Es el precio del segundo aire:

entre los difuntos,

pago a Caronte

con la lengua

 

 

del libro

Mar de la Mancha, 1992

Editions Hoy no he visto el Paraíso.

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