Génesis 9:1 Y Dios pasó a bendecir a Noé a sus hijos y a decirles: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra”.

El tiempo tiene alas e inevitablemente pasa

y el viento que anda libre nos baila.

Se llegara el momento

en que se acabaran las penas,

el verdadero amor correrá

por todas las venas.

Como Noé y sus hijos

tendremos con Jehová una amistad.

Como huéspedes

a su tienda nos invita

y juntos alzaremos los brazos de felicidad.

Somos amigos sirviendo a Dios,

sin tachas

ni temor

viviendo la verdad,

para lograr su más puro amor

¿Mi Señor,

quién pudiera habitar tu corazón

y sentir tu compañía

incluso en la soledad?

Seremos fructíferos en valores,

desde el amanecer hasta el anochecer.

Seremos abundantes en amor,

como las flores.

Y en todos los ámbitos de la vida

seremos ejemplares,

vibrando tan extenso como los mares.

Cuidaremos de los demás

cuando se sientan frágiles,

sin agraviarlos,

y lograremos juntos la pureza de corazón,

que siempre soñamos.

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        Autor: Millón Durango

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