**~Novela Corta - La Engañada - Parte II~**

Zoraya M. Rodríguez

Los dos amigos de la pareja, tanto Vanesa y Eduardo disfrutan un día en el "mall", mientras que Darío vá en busca de un regalo para Andrea, el engaño para Andrea cuando se vé junto a Vanesa, Eduardo, despistado pide permiso para retirarse de la escena cuando queda Darío con Vanesa. Disimuladamente se dan un beso, que deja atónito a Darío, él, dice que, -“ella es tan sensual, fascinante y excitante, que dejaría a Andrea en pleno altar”-, le expresa entusiasmado y excitado por el beso tan pasional que le brinda Vanesa. Darío, es tan pícaro, es como un don Juan, mujeriego y soñador, pero, no sería fiel a una relación. Fidedignos ven a Eduardo y a Vanesa juntos por el "mall", Darío compra su regalo para Andrea, mientras que ella, está tan desesperada que no le deja saber que está preocupada por algo. Es su primer aniversario de noviazgos, y los dos se disponen a besarse cuando interrumpe Vanesa con Eduardo, en la sala de la casa de Andrea. La casa, una antigua, pequeña y con muchos detalles, pero, con la felicidad de unos padres de tantos años de unión. Un cuadro de la familia, lo mira intensamente Darío, mientras que, Vanesa tan fabulosa los felicita y les entrega un regalo de sorpresa. Se dirigen a la discoteca pensando que el tiempo les dejaría un tiempo agradable, sin pensar que Andrea descubriría algo, un secreto profundo que la dejaría acabada y sin sonrisa. Ella, baila muy segura y dispuesta a entregarse en cuerpo y alma, a su novio, a su compañero el que desea estar unida con él para siempre, cuando de pronto él, le confiesa algo de su pasado. Que tuvo un romance con una señora mayor por su dinero. Cuando de pronto Andrea lo mira sorprendida y sin imaginar que era una mentira más de parte de Darío, cuando Andrea es su primera novia formal que él tenía. El primer engaño para Andrea, y así, no funciona una relación, sin saber la verdad y sin imaginar que él, sería el causante de sus penas y más la tristeza que ahogaría en llanto su vida en un futuro próximo. Ella, le dice que no es nada, que olvide y que los dos saldrían hacia adelante. Continúan bailando y sin sospechar que Vanesa escucha toda la conversación al lado de esta pareja, que en un futuro seria un tremendo conflicto entre ambos.  

Llega el lunes y como de costumbre se estremece el día con la labor efímera de una vida continua y llena de trabajos inalcanzables. Cuando de pronto, a ella le viene a la cabeza que yá es tiempo de entregar su corazón y su pasión y su ternura al hombre que amaba tanto. Que deseaba viajar, en cuanto el tiempo y la distancia lo permitieran. Entonces, lo fascinante de este idilio es querer borrar la amargura y ser feliz en la eternidad.

Deciden realizar un viaje a centroamérica e invitan a Vanesa y a Eduardo. Las dos parejas van a disfrutar y sin sospechar Andrea y Eduardo que sus parejas son infieles a su relación. Porque esa palabra tan fuerte, "infiel", no sería mejor decir "traición", otra palabra más fuerte, no crees. Pero, para ellos dos, ni la profesan ni la respetan ni la veneran, así que, como dos cómplices buscando alternativas de salir del hoyo o del problema profundo en que los cuerpos se han involucrado, los dos quedan sin vergüenza ni pudor ni subir la cabeza en señal de dignidad honorable pueden yá. De tanto éxtasis, de tanto placer, excitación y sin clemencia alguna disfrazando verdades por las mentiras, y ocultando lo cierto por querer borrar de la memoria la palabra "infiel". Besos y caricias son la orden de las noches cuando tienen la oportunidad de acercarse más bien cuerpos que mueren de pasión, de entrega y de amor indecente. De ese amor que yá no se vé visiblemente en las calles atiborradas de sensaciones palpables en la sonrisa, en las manos, en el rostro. Caminar junto a tu pareja, tu compañero, a tu amor, a tu amante, porque no, otra palabra también fuerte, "amante" amante es para el que ama con amor, con fervor, con paciencia, con sentimiento real y verdadero, y también el que se entrega por pasión, por sexo y por placer y no necesariamente con su actual pareja. Ó sea, que amante es aquél que puede amar. Sólo que para esta pareja es esforzar una relación empujándola hacia una dimensión en ascendencia, en subir los placeres a extremos altos de libidinosidad, de vehemencia sensual, y llegar a tomar al amor de la mano arrancando de raíz su tallo donde duerme la pasión enamorada, la sensibilidad, la nostalgia y la melancolía como taciturno, buscando una languidez penetrante de perenne ambición. Y caviloso y mirífico atisbado de poderes por amar así, y desciende la condescendencia hacia lo mágico de un poder atiborrado de ineptitudes y de cruel palinodia, cuando por retractarse y pedir perdón se hace más efímero, más caprichoso, más digno, pero, es un impropio proceder con la vergüenza en la cabeza de este amor que sólo sabe de infidelidad. Y así, van acostumbrando a amarse hasta perder la noción del tiempo, y la otra parte, la parte fiel, digna y con honor pierde el tiempo en espera, por el sufrimiento amargo de vivir momentos sin la persona ideal, con tu pareja formal y espera el instante en que pueda amar en realidad.

 

Este viaje, se llevarán recuerdos, fotos, "souvenirs" y hasta el recuerdo vivo y penetrante en la memoria cuando se viste de felicidad una parte de la vida en que el cuerpo se transforma hacia una nueva transición de un transcurso vivido, con vivencias atisbadas de imaginación real. Ellos, disfrutan y gozan su vida cotidiana como si estuvieran en casa, como si Puerto Rico se traslada a una dimensión subalterna y estuvieran en su casa y no realizando ese viaje mágico y especial que se da en pequeños instantes de unos momentos alegres de felicidad en la vida, en esta vida corta, pero, llena de muchas vivencias contundentes del buen caminar. Las parejas conocieron mucha gente, muchos lugares turísticos, observaron el lugar y lo llamaron "el lugar predilecto para cualquier viajante", continuaron su peregrinación buscando una oportunidad para cenar en el hotel donde se hospedarían. Andrea, una mujer fuerte y valiente que no se deja vencer por nada ni nadie, ella, a través, de esta vida irreal e imaginaria conlleva ser fuerte, tenaz, audaz y tener pícaras suspicacias y pericias, para llevar acabo una vida así, llena de vicisitudes, labores, tragedias, arrepentimientos, perdonar y ser perdonado, y hasta esa palabra aceptarla por caprichos de la vida "la infidelidad", le vino de pronto cuando un joven, guapo, de apenas 26 años, alto y de muy buen semblante, cruzó muy rápidamente su camino y entre cortó el aire dejando su perfume a hombre varonil fuerte y decidido. Ella, sin embargo, quedó pasmada, atónita y no supo cómo reaccionar en esta escena en que el joven llegó a su vida para mejorar o cambiar su forma de pensar, de sentir, de ver la vida, y hasta de querer amar a otro por ser diferente en actitud, nobleza y sentimientos. Fue sólo imaginación o un instante en que el corazón no sabe determinar la razón de ganar y perder a otro, por amar a otro ser que posiblemente tenga lo mismo entre las piernas, pero, es más difícil aceptar la realidad de quedarte con el mismo hombre. Pues, surgió una corta conversación entre ellos, y no bastó la mirada, la caricia en las manos, y el deseo ardiente en los ojos entre ambos. Le pregunta si desea algo más y ella con una súper voz de mujer fatal, le contesta que no, que esta bien y cómoda, entonces el joven hace hincapié y se marcha dejando a Andrea excitada y extenuada por el inmenso calor que distingue el equinoccio en verano. Se complementan los jóvenes y deciden hacer una caminata alrededor de la playa. Andrea, recuerda cuando tuvo su pasadía en la playa de San Juan, y expresa que ninguna playa se puede igualar como las tibias aguas de nuestro Borinquen, y vuelve a pensar, y piensa en su futuro con Darío. Pensando en lo que le auguró y predijo la vidente aquella en la discoteca, el señor de la playa, y el destino por la boda sin tener esposo después de ofrecer el enlace nupcial. Piensa, ¿qué sería de ella sin tener amor después de haberlo conocido, de haber intentado a amar, y conocer los placeres táctiles y gustativos que da el amor si se ama en realidad?. ¿Y qué pasaría si el porvenir que esta próximo a darse, ¿cambiaría?, si ella cuando el primer hombre o el segundo o tercero....le pidiera matrimonio y ella, le dijera que no, que no se puede casar?. Que el matrimonio esta censurado, prohibido para ella, que el matrimonio no puede ni debe de existir para ella. ¿Y qué sería de la vida de ella, si por casualidad no llegara a casarse, qué sería de su vida sin esposo, hijos, sin realizar una vida, como es la costumbre de generación a generación y vá la descendencia y la progenie tiene que continuar y así, dejar el linaje y la estirpe de toda una vida, y así, dejar las vivencias, las experiencias y el menoscabo de vivir toda una vida?. Ella, Andrea, entra en pánico pensando todo ésto, su estado emocional vá sucumbiendo lentamente en un trance casi psicótico, casi paranoico, tal vez sea esquizofrenia, pero, cada vez se torna más en un pavor atemorizante por saber si su futuro quedará inmóvil en el tiempo, si su futuro cambia ¿qué podrá suceder?, si se torna en más felicidad, si se quedaría con su esposo, y si se puede ser más feliz con su novio y su futuro esposo. Andrea, no conversa con nadie sobre ésto, no dialoga con nadie ni con su mejor amiga Vanesa, acerca de todo ésto que le sucede, pero, llega a tener un "shock" emocional, y entra en un estado semi inconsciente, donde penetra en lo profundo de un abismo negro y oscuro donde sus ojos yá no ven la luz, sólo un brillo muy tenue sale por el ojo derecho, y recuerda en lo que estaba pensando que era en su futuro matrimonio. Queda en pánico, en un estado donde no siente, no vé, no palpa, no piensa yá , y no mira que su madre Ana le está hablando, la toca y la mueve y Andrea en "shock", en pánico y en un estado emocional donde no descubre que está inconsciente, que sucumbió en el abismo negro de la soledad, en las eternas aguas del olvido de una memoria ausente de recuerdos, y queda en "shock", y en vesánica. Hasta que vá un poco más la luz y yá vá cediendo un poco, no piensa, no siente, no puede hablar, sólo vé a su madre a su lado que le esta hablando, pero ella sigue en un profundo hoyo del silencio de la soledad, vá cediendo y entrando la vida real, al realismo de la vida que ha llevado y que continúa viviendo. Es valiente, sensata, fuerte, tenaz y audaz, vá saliendo del trance y busca la forma de hablar con su madre Ana y explicarle lo que le sucede desde hace meses, y no encuentra la manera de explicarle a ese ser que más que madre es una amiga, pero, para ella siempre vá a ser la madre, la abnegada madre, la alcahueta y la que siempre en lo malo y en lo bueno estará allí brindándole todo el cariño y todo el apoyo en situaciones donde el amor es todo. Andrea, despierta de ese estado en que el futuro la llevó lejos de la realidad. Y la madre Ana, la consuela sin saber ni tan siquiera imaginar lo que sucede o puede ocurrir en un futuro incierto. Las lágrimas de la pobre muchacha caen por el suelo como manantial y lleva en su corazón un dolor profundo que Dios y ella, nada más saben. Ella, desea olvidar todo y piensa y piensa en su dormitorio donde su madre la dejó descansar. De pronto despierta y está en medio del hotel, y Darío le está hablando. Se olvida de todo, la playa, el cóctel, el paseo en taxi por los alrededores del hotel, el museo de arte, los cuadros y demás paisajes turísticos que todos observaron mientras su camino del hotel al hotel. Se quedó en medio de la playa en un estado emocional que sólo ella en su interior sabe descifrar. Quisiera hacer redro de ese momento y regresar al pasado y volver a continuar toda su vida en ese instante en que jamás recordaría porque se fue de la vida en un "shock" emocional, en que ella sola viajó a su casa, a su cuna , con su madre y su futuro por venir, por realizar, por saber si pasará o no lo que en su pasado le predijeron. Le habla a Darío, y hace hincapié respondiendo con la cabeza un sí, frío y sin sentido por no aceptar la verdad de su presente, de ese momento en que inconscientemente se fue de esta vida pensando y pensando en su futuro. Cenan en un pequeño, pero, elegante, restaurante frente al hotel, hablando y hablando de todo los pormenores de éste viaje entre las dos parejas, y hacen pausa cuando Vanesa dice algo vulgar de la playa de nudistas, y Darío por perdonar el instante dice que es algo normal para aquellos que tienen una "open mind" y que no esconden lo natural de un cuerpo desnudo porque venimos al mundo desnudos y tenemos que respetar la opinión de cada cuál. Darío, se merece un aplauso por parte de los allí reunidos, y Vanesa le hace una mueca con su mirada pícara y le guiña un ojo a Darío. Porque criticar o automatizar o juzgar a otros por su apariencia física, que por lo que tienen en sus mentes o su gran inteligencia. Los presentes se disponen a abandonar el lugar, y deciden visitar la discoteca del hotel un rato porque tienen tiempo necesario para disfrutar este viaje que aunque fue de sorpresa, todos lo desean disfrutar. Andrea busca un rato para permanecer sola en un instante en que imaginaba la discoteca de Puerto Rico donde en su país natal, disfrutó con sus amistades al visitar. Hace la comparación, entre ambas discotecas, y recuerda las luces en medio de la pista y la eterna oscuridad de la noche en que disfrutaban en San Juan.

 

La noche, radiante y fabulosa se llena de un esplendor iluminando la oscura noche. La luna hace su entrada en los ojos de Andrea, y Darío le da un beso y le expresa tanto su amor que Andrea en su inocencia le cree, aunque en su interior sabe que puede ser él quien la engañe frente al altar, en frente de tanta gente que la aprecia, que la quiere y que observa detalladamente en el milagro del amor que es llegar al altar y dar el sí, único y exclusivo de decirle a su eterno amor que lo ama, que lo quiere y que desea compartir el resto de su vida a su lado, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza o en la riqueza, en toda la plenitud de la vida, vivir para siempre en unión. Y, Andrea, en su inquietud de saber si será él, se atormenta aún más en saber si será o no. Caminan juntos por la orilla de la plaza, mientras más recuerda aquellas palabras de la vidente en que le auguró su futuro. No se sabe, a ciencia cierta la realidad, pero, ella en su imaginación pierde la cordura, la noción del tiempo, el instante en que pueda decir el sí y que la falsa de esta predicción sea eso una falsa alarma de un tiempo en que el futuro sea como un destino sin ser verdad. Ella, viaja en el tiempo y espacio de las horas junto a Darío, él no se dá de cuenta lo que le ocurre a Andrea, pero, piensa en Vanesa libidinosamente, y recuerda esa vehemencia sensual que ella, sólo sabe dar y ofrecer con sólo una mirada pasional, excitante y penetrante. Y queda aterrorizado de pensar nada más, en ser succionado por los besos tan candentes y tan calurosos de Vanesa, y queda pasmado en sólo pensar en un futuro junto a ella, lo que a él le gusta y le agrada, que es la pasión, el deseo ardiente y la sensualidad penetrante de la sexualidad. Llega el domingo y  regresan a Puerto Rico. En la hamaca se encuentra Andrea, descansando y recordando todo el viaje y sonríe por tener la dicha de amar y ser amada, de tener un mundo hermoso, de tener una familia que la quiere y la adora, y de tener unos amigos que la aprecian y veneran su amistad. Ella, nuevamente cae en una depresión muy profunda, no sabe de la realidad que le espera, de la verdad que le atormentará por el resto de su vida. Y sin sospechar de la verdad regresa automáticamente al pasado, donde la vidente le predice que su novio la dejará frente al altar, pero, se imagina que puede que ese futuro no sea para ella sino para otra, que la confundió o que le predijo el futuro mal. Eso le tranquiliza, le da una paz interna, queda sin temor a vivir el presente, a continuar viviendo la vida y la vida le da un golpe tremendo que no puede salir airosa de ésta situación. Al otro día, se interna en una sección de relajación que se llama Tai-Chi que por el nombre se entiende que es de chinos. Ella, hace que se relaja, pero, en su interior busca su ser desaparecer del planeta. Esta sección se da todo los jueves y Andrea al parecer le interesa. Se siente decepcionada, abatida y decaída por el terror de vivir el futuro desconocido y sin saber si será realidad o no. "La engañada", se autoproclamó, si se hace visible la gran mentira de una relación que no llegaría a ser nada. Pasa una semana y llega Darío a la casa de Andrea a visitarla. Le entrega una carta. Andrea asustada y con curiosidad la lee. Le dice que la ama, que en sus noches piensa y sueña con ella. Que la desea por su paz espiritual que sale de su tierno corazón y que la quiere amar por la ternura que habita en su ser. Que él sabe que tiene pasión salvaje como él, pero, que está dormida en un sueño muy profundo y que espera por amar en la habitación para despertar ese instinto que tiene oculto y que ni ella misma sabe demostrar. Continúa leyendo y ella sigue engañada con la gran mentira de su supuesto amado. Ella, en su inocencia y como lo ama con su alma, ella busca la manera de que él le interese más su relación. Sin pensar que él sería el culpable de su infortunio. Ella, llena de virtud y de valores grandes de su pasado, un pasado lleno de espera gratas hacia un presente lleno de felicidad y sin olvidar el futuro en que la traición llegaría a su vida. “La engañada”, la soltera de siempre, la virgen, la inmaculada, la sola y la solitaria, y la abnegada. Queda sin destino ni futuro qué continuar, hasta que el porvenir quede sin huellas dejadas por el transcurso en contienda. Por el futuro a cuestas de la soledad, de un silencio atiborrado de ineptitud, de clemencia y de sensibilidad hacia un sentido atisbado de intacta desolación y sosiego constante. Pero, ¿eso es lo que quiere, lo que desea o lo que le espera?. Ella, no entiende, no sabe, no supone que el destino le llegará de la mano y puede que ella misma pueda cambiarlo o que pueda intervenir en su constante transición hacia esa realidad que nadie espera y ni ella misma espera. La carta, otro engaño de Darío para atrapar su inocencia, su paz y su tranquilidad. La carta, donde Darío expresa todos sus sentimientos, sus secretos y sus añoranzas y anhelos, donde el intrépido derrama todo su sentido intacto por amar a Andrea. Ella, queda contenta e ilusionada por las palabras tan eficaces donde le expresa todo su amor, pero, hay algo que en ella no le hace creer del todo, en su interior ella sabe que él le engaña, pero, no se imagina que con su mejor amiga Vanesa. Andrea, en su interior busca la manera de salir con los pies sobre la tierra, y que no llegue su cabeza a la locura, perdiendo la cordura y la sensatez de esta vida vida llena de grandes logros, aciertos, fracasos y vicisitudes, pero, hermosa, porque la vida es hermosa. La carta, la guarda en un lugar privilegiado y recóndito, hasta poder saber que si la ama, que si la respeta y la quiere como esposa, como mujer, como compañera, como amiga y amante, otra vez, la palabra "amante", pero, amante es el que ama y no necesariamente con su amante y no con su esposo o esposa. Ó sea, que amante es el que ama, recuerda su significado y descubre que yá es tarde para la sección de Tai-Chi. Despide a Darío y se entrega en cuerpo y alma a la relajación más excitante de su vida, de su más pasional vida. Llega y toma un descanso mental, una sub-relajación, una alternativa para dejar atrás y en el olvido el futuro por venir, habla con una señora y la saluda, pero, en su estado mental busca un momento, un instante, y una oportunidad en que añora olvidar el futuro. Se sienta, y sube las piernas en una silla, se queda inmóvil, inconsciente, en señal para la preparación de la relajación, y sabe que puede perder la memoria en cualquier momento si continúa pensando, analizando e investigando en su futuro por ser tan incierto. Se transforma en una metodista o busca alternarse en alguna religión y llegar a Dios y poder preguntarle porqué hace ésto con una muchacha tan buena como ella, que no merece ser engañada, dejada, abandonada por el ser amado y lo peor en medio del altar. Se siente relajada, tranquila, en paz, esa paz interior que con sólo respirar puedes escuchar tu propia respiración, la soledad y el silencio de un jueves donde el estrés es la orden del día. El trabajo, los hijos, preparar la comida, dormir a los hijos, hasta quedar tranquila y si logras conseguir la paz sería un milagro de vida, obtenerla. Andrea, está en paz, la consiguió, esa paz interna que sólo puede escuchar el silencio, el aire o el viento que puede rozar la piel, ese aire que te da el aroma de mamá, el aroma de tu fruta favorita, o del perfume favorito. Ese aire que sólo lo siente tu piel, tu sentido intacto, el placer que sólo da la vida. Andrea, penetra en un mundo silente, donde sólo ella puede escuchar su voz, esa voz interior donde le habla tu propia conciencia, tu propia iniquidad donde te dice lo mal o bien que has obrado en la vida, esa voz que te dice lo mala o buena que eres en la vida. Andrea, queda sin sonrisa ni lágrimas en sus ojos, sólo que la relajación la lleva por el sendero mágico del Tai-Chi, ella se compenetra con un truhán del occidente que le habla inconscientemente, que le dice que se prepare, que sea fuerte, valiente y tenaz, palabras que la distinguen, pero, en su interior tiene miedo, un temor profundo de perder el amor real. Andrea, llega a entrar, a intercalar un sonoro silencio de un tiempo en que se detuvo. Ella, desea recordar toda su vida, desde que tiene conocimiento, entendimiento. Y la sabiduría le llegó cuando tenia seis años y le dijo a su mamá que quería ser doctora para curar a los enfermos. La madre incrédula, pero, sorprendida la abraza y le da un beso. Andrea, recordó todo como si fuera ayer. Y recordó cuando tuvo su primer orgasmo, cuando tuvo su primera decepción amorosa, y cuando cumplió sus quince años. Cuando en su graduación tropezó con el podio y sus compañeros se burlaron de ella. Cuando encontró su primer trabajo, cuando se enamoró de Darío y como ha vivido una vida llena de aciertos y fracasos, pero, eso lo omite ella en sus pensamientos. Y regresa el truhán del occidente, a hablarle, pero, ella no lo puede escuchar está muy concentrada en su pasado, en su vida, en su destino por seguir la tradición, ¡¿qué tradición?!, dice ella. ¿Quién dice, que tenemos que seguir obligados una tradición?. ¡Ah, la de casarse por la Iglesia con el vestido de blanco!. Pues no, y grita en medio de la relajación NO y abre los ojos y todos se desconcentran, ella, pide perdón y continúan el método de relajación hacia una nueva dimensión, hacia un nuevo mundo donde no existen ruidos, temores, pánicos o miedos de continuar toda una vida llena en mejorar la calidad humana. El truhán desaparece, pero, llega la maestra de Tai-Chi a hablarle, le pregunta porqué gritó NO, que qué le sucede, y ella baja la voz en un tono bien bajo, para no desconcentrar a los demás. Le explica todo en cinco minutos, y la maestra le habla mientras que ella cierra los ojos y le enseña un camino del Tai-Chi escondido, que nadie sabe penetrar o llegar hacia él, porqué están desconcentrados o no saben prepararse para dicho camino. Le dice en voz baja, llegas a una dimensión alta, profunda es como un abismo sin salida, sube la mente y piensa en futuro, lo que quisieras lograr o alcanzar en un destino junto a tu amado, a tu familia, piensa en ellos, y tráelos junto a tí, aquí contigo, camina por el camino que te llevará al abismo, y mientras vas caminando piensa en futuro lo que deseas aventurar o lograr, sube la mente hacia esa dimensión alta y profunda, respira y siente el silencio y la soledad y escucha tu respiración, y vas a caer en el hoyo más profundo de tu estado emocional, en ese abismo que sólo llegan los valientes, los fuertes de espíritu, los que saben que triunfar en la vida, no basta para llegar amar lo más hondo de un corazón enamorado. Llegas y bajas hacia el abismo y te dejas caer como en paracaídas, pero, sin que nadie te pueda agarrar o coger, caes en lo más profundo, inconsciente, sin mente, sin conocimiento, y piensas y piensas en futuro lo que deseas lograr, recuerda lo que quieres lograr, olvida temores, ansiedades, fracasos, vicisitudes y desavenencias de ésta vida que has vivido sin Dios, ¿buscas a Dios?, ella le responde que no, hasta ahí llegamos, es Dios quien quiere que lo busques, por eso es lo de la Iglesia, tal vez, aunque Dios no abandona a nadie, pero supongamos que es así. Vamos a salir del abismo, sube la mente y llegas al camino real y verdadero en que te espera un nuevo comenzar y un nuevo empezar hacia la plenitud de esta vida sin color, llena de dolores y angustias. Vamos a buscar a Dios, ¿sabes dónde encontrarlo?, le pregunta, ella responde que no sabe. Pues continúa en dirección recta por el camino lleno de flores, huele a margaritas, gardenias y a rosas, vas a encontrar un túnel oscuro y sin luz, ese túnel te llevará hacia Dios, sigue es un túnel largo oscuro, no hay claridad ni luz, sólo al final verás una luz resplandeciente, una luz que te llevará a Él, hacia Dios. Ella, despierta de ese trance, de ese camino, pero, pasó algo, ni supo hacerlo, ni vió a Dios, ni el túnel. No pensó en futuro ni vió el camino ni las flores, pero, ¿cómo sabe todo ésto?. ¿Sino supo hacerlo?. Andrea, se levanta y se despide de ella, y que fue un gran placer haberla conocido. Andrea, vá de camino a su casa y son las nueve de la noche. Piensa y piensa en ella y en su futuro desconocido, pero, no piensa en positivo sino que piensa más en lo que le predijo la vidente. Y le da un miedo interno y acelera el paso y llega a su habitación y allí recuerda todo. Y entra a un miedo mirífico en donde el temor llega a apoderarse de ella. Queda dormida y se olvida de todo.

Continuará......................................................................................

Ver métrica de este poema
  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 20 de junio de 2019 a las 00:04
  • Comentario del autor sobre el poema: Novela que empecé a escribir en el 2012 y después de 7 años decidí culminar....
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 41
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.