**~Novela Corta - La Engañada - Parte I~**

Zoraya M. Rodríguez

 

Andrea, una mujer valiente que se dejó engañar, puso fin a una relación que mucho duró. Darío un hombre mayor de apenas veinte y cinco años amó inmensamente como un tórrido romance a Andrea Martínez.  Él, sabía cómo manipular a la joven y engañarla con su mejor amiga. Vanesa y su actual novio Eduardo acostumbraban a salir a divertirse al cine, a la discoteca, al parque, disfrutaban de ir al teatro, a la galería y se divertían en jugar bolos.

Una noche de sábado se dirigían a la discoteca, que por cierto el dueño es el padrino de Vanesa. Ellos, bailan y gozan de la discoteca como de costumbre. Andrea, observa el lugar y vé las luces brillar de un tono multicolor dando vueltas hacia una misma dirección en la pista de baile y piensa en su eterna juventud cuando de niña vió correr al tío vivo en una verbena.

 

Eduardo, es un muchacho pícaro y no se esconde de nadie para expresar su verdad, siente una desilusión por ocultar la única realidad que le atormenta en su conciencia.

Esta noche de discoteca se aprestan a divertirse y Andrea nunca sospecharía o imaginaría de que su relación duraría poco. Y que Darío la engañaría con su mejor amiga Vanesa, y desea saber si algún día sería casada con su actual pareja. Y en la discoteca recorre por ella, como siempre, y, se encuentra con una vidente, y le augura su futuro. Le dice que, -“su futuro se vé prometedor y que alguien la dejaría a punto de casarse frente al altar”-, pero, ella se pregunta si sería Darío u otro. No pregunta, pero, la pregunta queda como incógnita y enigma de un dilema que pronto llegaría a saber. Y ella, sin más nada se dispone a salir y a beber un trago, pero, de ella salió un suspiro y le brinda a su pareja Darío un beso, pero, en su mirada tiene duda.

 

Esta noche es tan hermosa y radiante en su máximo esplendor, la luna llena iluminaba toda la noche oscura y silenciosa de una eterna madrugada de un año en que en abril se prestan las flores a florecer en primavera. El aroma natural refrescaba toda la ciudad a gardenias que alrededor se daba la flor como las orquídeas y margaritas. Y sí, disfrutaron como nunca la noche, los cuatro, cada pareja de mano y dando la vuelta a la plaza donde se compenetran todas las parejas a divertirse y gozar de las aventuras de una noche en que el mar al frente de la plaza iluminaba la luz de la luna con ilusión una noche en que todo mundo estaba de fiesta.

 

En un momento, en un instante en que Andrea pierde de vista a Darío, Vanesa y él, se dan una mirada que vuelve loco a Darío y es la pasión ardiente y sensual de Vanesa que de ella viene y a Darío le encanta. La comparación que se explica Darío en su mente, de la diferencia entre Andrea y Vanesa es esa, que Vanesa tiene sangre caliente para el amor, es más excitante y más sensual y tiene una labia que a nadie le puede fallar escuchar. Eduardo, en cambio es más tímido, reservado y retraído. Tiene una familia que lo adora y que vive orgullosamente de él, en su rendimiento como entrenador de bolos.

Hoy es lunes, y se disponen cada uno a sus gajes del oficio, llega la noche y Andrea vuelve a pensar en Darío y en lo que la vidente le expresó de su porvenir. El destino de Andrea se vé marcado por un trasfondo de color negro, yá que ella no entiende todavía por qué se casaría a tan temprana edad y quién le querría hacer algo así frente al altar y de frente de tanta gente que ella misma invitaría para ser testigos oficiales de su enlace con ese joven que de por casualidad ella amaría con todo su corazón, porque llegar hasta el altar sería porque lo amaría en realidad y estaría contenta y llena de felicidad por ser su esposa ante Dios y de tanta gente que estaría observando cada momento, cada detalle, cada instante, cada minuto y segundo de esa noche mágica como la princesa y el príncipe saben enamorar a la gente con su presencia y delicadeza por entregarse a los que aprecia y venera su compañía. Pero, Andrea no sabe que más pensar o imaginar de su relación con Darío, ella lo ama y ella sabe que él también la ama, lo que ella no sabe es que es "la engañada" de la zaga o trama o novela en que algún día ella misma se daría cuenta de quién es en realidad Darío.

 

La noche es fría y como está tranquila en soledad duerme y toma una siesta durante las horas de la noche, y de madrugada despierta agitada y con lágrimas en su rostro, y con un sueño muy pesado, recordando sin olvidar ningún detalle de su pesadilla de la mencionada boda entre él y el incógnito por saber del joven que dejaría su felicidad a merced de la tristeza y del dolor sin apaciguar la calma en la tormenta a esta disputa entre el deseo y la ambición de ser la esposa ideal para el chico ideal. En un momento aclara en su mente y puede razonar sobre la pesadilla que vivió dormida e inconscientemente de la famosa boda de sus sueños, pero, que quedaría en nada, recordó los últimos detalles de la boda, el traje yá confeccionado y elaborado exclusivamente para ella, las flores del altar y la recepción, los aros matrimoniales, y hasta el cura, ella Andrea, y vió y lo vivió en su pesadilla, pero, jamás vió quién sería capaz de traicionar un juramento tan sagrado y tan hermoso, el joven que la dejaría en su plena juventud en frente del altar.

 

Es verano, y la engañada no se dá de cuenta todavía del gran y vil engaño por parte de su novio, Darío. La playa y el sol humedeciendo con sudor amargo su piel bronceada vá buscando una oportunidad de estar sola con el cielo y el mar. Y descubre en su imaginación poder liberar el alma como vuelan las palomas a medio día, y Andrea llega al fondo de una metástasis interna entre el deseo y la excitación que le produce la arena bajo su piel. Y ella busca la manera de olvidar el incidente con aquella vidente que le predijo su futuro, ella se interna mentalmente en un profundo abismo de silencio y soledad, hasta permanecer inmóvil entre el tiempo y la distancia y queda asustada por el temor de no volver a encontrar el verdadero amor y llora intensamente, pero, es una lágrima que no sale a flote de los ojos amargos y ardientes por el sol extenuado de brillar en el cielo. El aire entrecorta su voz diciendo que lo ama, pero, ¿a quién ama ella?, si la realidad es vivir con la triste mentira de no saber si su porvenir será cierto o no. Y, ella, continúa en su estado casi invisible, casi desaparece del mapa, casi extenuada y cansada del atardecer, decide caminar por la hermosa playa de San Juan, disfrutando de la hermosura y las aventuras que los jóvenes saben hacer en el día. Pero, en su interior descubre que su corazón no late como antes por el amor, y se dá cuenta del gran significado del amor que es sólo una corazonada, un momento, un instante, una etapa en la vida en que reina el amor y luego el amor hace una dimensión sobre el más allá de la eternidad y vive a grandes emociones, (aunque no ha llegado aún a la longivez con su amado), ella cree que el amor no dura poco sólo los primeros años de color de rosa, como dice mucha gente. Camina y camina y mientras más anda por la orilla de la playa se dá cuenta de que sus pies no se mojan, sólo que en la arena deja sus huellas intactas, bien contorneadas y difícil de que alguien las siga por qué el mar las borra inmediatamente, pero, se fija en que así puede ser su vida en un futuro cuando llegue el momento duro y cruel de marcar toda su vida en un instante en que pierda el verdadero amor de su vivir. Se detiene en un momento y mira hacia el cielo buscando una señal que le indique que puede continuar con ese rumbo hacia lo inexplicable de su destino. Y encuentra un señor hacia la dirección contraria en que ella vá caminando, y el señor la detiene y le expresa, -“que tiene un futuro hermoso, pero, no, con el amante preferido que ella adora”-. Ella en su estado emocional busca la forma de hallar salida, pero, entra en un trance de desesperación, por saber si su novio será o no será el que la abandone en un abrir y cerrar de ojos y en el atar. Recibe una llamada a su celular, y sabe que es él, Darío, y escucha en su interior no hablarle, y continuar su peregrinación pregonando en su voz interior qué puede hacer ahora y mañana y si se tropieza con el mal amor que la dejaría sola y en soledad y sin amor. Llega la noche y en su habitación quiere escuchar música y decide escuchar algo clásico y pone música del ayer, romántica y dispuesta a pensar en su futuro. Una vidente le aclaró que su porvenir era incierto con el hombre que se casaría y el otro señor le expresa que su futuro es hermoso y prometedor, pero, no con el amante adecuado. ¿Qué significaba?

¿Si era con su novio actual o con el amante o es que al novio se le llama amante, el cual ama y puede amar con todo el amor del mundo?. Era una interrogante o una pregunta que se quedaba en el aire, por temor a perder el amor, el real y verdadero amor, el que se estremece en el alma, el que se entrega con pasión, con ternura, con sensibilidad y con entusiasmo de perseguir un destino juntos y de dejar una vida como legado para hijos y nietos.

 

Es otro día más, en la vida de Andrea y decide intervenir en un momento de discusión con Darío, o más bien un altercado con una diferencia de pensamientos y actitud entre los dos. Ella, le riposta a Darío que la información que ella tiene acerca de una computadora no es la correcta y él tiene la contestación exacta y fiel de la verdadera información que ella necesitaba. Y él en su afán de mantener en secreto la data y que ella no supiera de la verdad queda en fracasos porque él elude inmediatamente  al evadir la pregunta de Andrea acerca de una computadora. El dime y direte queda en nada, porque él sabe cómo manipular a Andrea y le ofrece llevarla a la discoteca y le dá un beso en la mejilla, eludiendo el momento y el preciso instante en que la pregunta le cayó como una bomba sin estallar. Los dos se van por el camino de la felicidad, cuando de repente pasan por una tienda de vestidos de novia, y ella, tan emocionada y fascinada con la escena sin percatarse y olvidándose del destino de la boda le dice que anhela tanto casarse con él. Él, en su imaginación piensa en Vanesa y le comenta que es muy apresurado el momento y se marcharon del lugar, Él, con una sonrisa y ella, entristecida y descontenta con la noticia de que algún día se podrá casar.

 

Es domingo, y como todos los domingos es tedioso y descansando en la hamaca, vuelve el pensamiento oscuro y amargo de la boda, donde el novio la deja en el altar y se marcha lejos de ella. Ella, se imagina el momento cuando el novio la deja y llora amargamente por el temor de no volver a amar. Y la hamaca meciéndose de un lado a otro con las cortinas de color verde, un cuadro de frente que dice la amargura de vivir sin amor, presentando a dos personajes separados por la distancia, y un sofá cama de color crema. Y, ella, sin sospechar de la realidad busca la forma de olvidar el suceso y lo recuerda más y más, en su pensamiento y en su estado emocional cae en un trance que busca la oportunidad de olvidar. Y lo intenta y lo intenta, pero, no puede borrar de su mente, de su memoria la posibilidad de perder su amor y verdadero y único amor frente al altar, y dejar a un lado casarse y preparar todo para casarse nuevamente.

Continuará………………………………………………………….

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  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 19 de junio de 2019 a las 00:02
  • Comentario del autor sobre el poema: Novela que comencé en el año 2012 y después de 7 años decido terminar...
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 55
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