La noche y el aguila
En las tardes de playa, cuando la marea comienza a subir, y las gaviotas entonan las melodias que anuncian que el día ha llegado a su fin.
Se suele ver al lobo marino, cansado de tanto recorrer y nadar, peleando con el mar, entre la arena busca descansar.
El aguila que le observa desde las alturas se le acerca sin premura, con paciencia y ternura, le recuerda su andar herido.
Pues le vió medio resentido y deprimido, la espada le pesaba, quizá ya no quería más batallar con aquél impetuoso mar.
De entre las alas, en sus plumas una lagrima sacó, el lobo al fin recordó, no era la primera vez en esa estadía, cuando la vida le dolía.
De todas las heridas que tuvo su fiel amigo le sanó, de todas las que tuvo, de todas ellas proezas sacó y hazañas alcanzó.
Un nuevo aire entraba por su ser, las fuerzas se multiplicaban, bebió agua de la eterna, al fin se levantaba de la arena.
La noche y el aguila escribirían la historia del lobo que se levantaría y nadaría aunque el mar le rugiría.
Ya ni con todo el poderio de sus poderosas olas le podría detener. Pues había nacido un nuevo amanecer.
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Autor:
Scarlett_Oru (
Offline) - Publicado: 10 de mayo de 2019 a las 02:18
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 19
- Usuario favorito de este poema: Jorge Horacio Richino.
Offline)
Comentarios2
Recuperando una amistad !Saludos.
Gracias 🙂
Saludos, un abrazo.
Hermoso ejemplo de amistad verdadera mi bella poetisa. Felicitaciones.
Con cariño
JAVIER
Le agradezco mucho su visita y comentario, saludos desde Chile 🙂
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