No vaya a ser

fermavec

Cada recuerdo de ti
sigues presente, ausente,
vigente.


Sigues siendo la lágrima,
la garganta apretada,
temblorosa.


Sigo disculpándome en las noches,
en los caminos,
en el alcohol.


Sigues siendo mi anhelo de muerte,
mi dolor agudo,
mi pena.


Sigues siendo la indiferencia que no soporto,
El veneno sin antídoto,
La nostalgia.


Sigues siendo el instante antes del derrumbe,
la tormenta anunciada,
la sangre.


Sigues devorándome,
sigues ahogándome,
torturándome.


Sigues siendo mi mente,
mi memoria,
mi rutina.

¡Cómo quisiera odiarte!


Cómo quisiera extirpar esos días, ese cáncer.
Acábame, desgárrame, tortúrame y no dejes nada vivo en mí.
Termina con el dolor de un solo golpe, sin compasión.


No me dejes olerte en las plazas,
verte en las calles,
sentirte en mi cama.


No me dejes escucharte en los niños,
probarte en las nubes,
tocarte de nuevo.


No me dejes,
no me permitas encontrarte,
acabarte.


¡Desaparece! ¡Huye!

¡Desángrame y corre!


Vuela de regreso a tus paisajes,
aléjate de la canícula,
vuelve a tu sombra,
a tus viejos amores.


Vuelve a aquellas canciones,
Aún puedo sentirte cerca.


¡Vete ya! ¡Lárgate!
¡Déjame en paz!


Disuélveme en el éter,
en tu ácida memoria que todo lo acaba y todo lo destruye,
en ese torpe corazón que todo confunde.


No me dejes vivir,
No me des un día más.
No vaya a ser.


No te tientes el corazón,
no te pongas de rodillas,
que no te espanten mis heridas.


Abandóname a mi suerte,
llévame lejos, al desierto.


¡Déjame¡
No vaya a ser.
No vaya a ser corazón,
que regrese.

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