Te espero en el bar.

...La luna siempre es guía y las estrellas manchan. Ensucian el espacio. El espacio que nos hace percibir el vacío. El vacío que las almas sabemos olfatear. Un beso, un buen beso y un fragmento olvidado. Miramos la luna, y celo a las estrellas que son las únicas que te siguen en el andar, y una que otra nube. Y celo al viento que te toca, y celo las palabras que no se dicen, pero se mantienen vivas, torturando tu garganta. Te conviertes en la potencia de mi furia y me convenzo de que ya es mañana. ¿Será verdad que somos tan directos como decimos ser? ¿O solo por empatía, callamos? La claridad es descarada, pero sino se dice no se sabe. Descarada duda, descarada confesión. Pero hacerla saber es necesaria, para que no perciban nuestro aroma a soledad. Aunque lo perfumemos de valor. Siempre se sabe nuestra carencia en el ofrecimiento. Minúsculas manchas que estorban en el espacio, y ya no estás. Tomaste fotos. Tomaste todo, pero no a mí...