EL CARRO

Anastasia *Jes

Llevábamos ya hora y media de viaje en un coche con el aire acondicionado muy fuerte ya que la temperatura del día estaba alta y hacía mucho calor, yo llevaba a mis pies una nevera portátil donde nos servíamos tragos suaves de vodka, para hacer el viaje agradable.

El llevaba puesta una camiseta negra y un pantalón corto del mismo color, y yo solo tenía puesto un short y una camiseta ligera blanca. Mientras escuchábamos la radio, me agache hacia la cava para servir un trago. Ya que bebíamos del mismo trago, le di de tomar a él primero, al acabar me devolvió el vaso, me lo acerque a la boca para beber también, justo cuando estaba acabando mi sorbo, un bache en la carretera lo agarro por sorpresa y este tuvo que esquivarlo bruscamente, provocando que derramara parte de la bebida sobre mi camiseta. Trate de sacudirme pero era demasiado tarde estaba toda empapada. Me quite la camiseta rápidamente para sacudirla un poco por la ventanilla y me la volví a poner. El observaba la escena con miradas breves, lo que la conducción le permitía. Apenas me di cuenta, aproveche de quitarme el brasier con la excusa que le había proporcionado el bache involuntariamente. Al quitármelo, el veía como se transparentaba mis pezones duros a causa del chapuzón que me había dado con el trago frío.

Para ponerlo más nervioso aun, algo que me divertía hacer. Hice ver que buscaba algo por el compartimiento de la puerta del conductor, poniéndome de rodilla en mi asiento y darle una vista privilegiada de mi escote.

Mientras me inclinaba encima de las piernas de él, mi mano izquierda, apoyada en la pierna de él, iba recorriendo el trayecto desde la rodilla hasta el muslo, siguiendo hacia más arriba y continuando el paseo por debajo del pantalón. La punta de su miembro la saque del trance en el que se había sumido y lo inunde con una tremenda oleada de placer, lo que provocó que se viese forzado a agarrarse al volante con las dos manos y a cerrar los ojos por un momento.

Yo seguía divirtiéndome con mi juguete, alternando entre lametones y besos en la punta, lamiéndolo de arriba abajo y envolviéndolo por completo con mis labios. Cuando pudo recuperar el control de su cuerpo, me dio un azote en el culo, que no me esperaba y sobresalte por un momento pero levantando a la vez la cabeza para mirarlo a la cara y guiñarle un ojo.

Su mano recorrió la misma trayectoria que anteriormente pero en sentido contrario, desde mis nalgas hasta el centro de mi espalda, pero esta vez por debajo de mi camiseta, disfrutando del contacto de su piel con la mía, para acabar pasando desde el lateral izquierdo a la zona delantera, donde posaban mis pechos libremente. Él los acarició, apretándolos y sujetándolos gentilmente con su mano derecha, estrujándome los pezones, aún duros, y haciéndome gemir de forma casi inaudible, notaba que su cuerpo se estremecía con cada movimiento de mi mano y eso hacía que me volviera más violenta con mi boca, empezando ahora a aumentar la intensidad y la velocidad con la que mis labios ascendían y descendían por la erección de él.

Pasaron los segundos y la mano de él se desplazó por mi vientre hasta encontrarse con la parte de arriba de mi short, introduciéndola entre la tela del pantalón y la tanga que llevaba, empezó a acariciarme. Empezó a notar como el tanga se humedecía y como yo me contorsionaba para acompañar el movimiento de su mano. Retiró la mano de entre los textiles y la volvió a introducir por la misma zona, esta vez buscando el contacto de mi piel desnuda. Fue bajando lentamente desde mi cintura, dándose una cierta tranquilidad para disfrutar de cada milímetro de mi piel, hasta llegar a mi clítoris, donde empezó a acariciarme suavemente, provocándome un placer que hizo aumentar paulatinamente la intensidad de mis gemidos. Siguió bajando y me penetró con su dedo medio, provocándome un espasmo de placer que me recorrió el cuerpo entero y que me obligó a liberar mi boca para expulsar todo el aire que tenía en mis pulmones en ese momento acompañado de un intenso gemido de satisfacción. Empecé a acariciarlo por encima del calzoncillo, haciéndole cada vez más difícil el concentrarse en la carretera.

Cuando note que la erección era ya importante, le desabroche el cinturón y lo mismo hice con su bragueta, introduciendo mi mano y sacando su pene a la vez que lo masturbaba con movimientos regulares. Él, aprovechando mi postura, deslizó su mano por mi espalda, arañándome suavemente por toda la espina dorsal hasta llegar a mi culo y aprovechando la oportunidad para masajearme en esa zona, agarrándome firmemente para que pudiera sentir su deseo a través de su tacto. Llegados a este punto, ninguno de los dos podía contener su excitación ni un segundo más, así que paró el coche como buenamente pudo en uno de los arcenes de la carretera, retiró su mano de mis partes y tiro el asiento hacia atrás todo lo que pudo, lanzándome una mirada pícara mientras se desabrochaba los pantalones y se los bajaba del todo. Capte la indirecta y me desabroche los pantalones también, dejándome la tanga puesta. Salte desde mi asiento a las piernas de él, y, mirándolo de frente, empecé a restregarme contra su miembro mientras él me levantaba la camiseta y hundía la cara entre mis pechos, jugando con ellos con ambas manos y con su boca, mordiéndome y lamiéndome los pezones. En un momento dado, me incline hacia atrás, apoyándome en el volante, me retire la tanga hacia un lado con una de las manos y agarre el pene con la otra para acercarlo a mi clítoris y masturbarme con él, cada vez más húmeda. Yo seguía controlando la acción, manteniéndolo a él en la postura en la que se encontraba, sin darle opción a moverse, así que me acerque un poco más y me separe lo justo para que solo la punta me rozará los labios, disfrutando de su cara de desesperación, y metiéndome poco a poco solo la punta. Llegó un momento en el que él no pudo aguantarse más y me agarró de los brazos, quitándome el control y, apretando de mis hombros hacia abajo e incorporándose él mismo, acabó metiéndolo entero entre jadeos de ambos y haciendo que yo echará la cabeza hacia atrás de puro gozo. Después de esto, me devolvió el control, que lo cabalgue, lento al principio pero aumentando la velocidad con cada embestida. Él me agarró de la espalda y, sin soltarme, cambiamos la postura.

Ahora era yo la que estaba tumbada en el asiento, con los pies encima y las rodillas dobladas. Él se paró a contemplarme un momento para, seguidamente, echarse encima acariciándome los pechos con la mano derecha y penetrándome con embestidas lentas lo más profundo posible, mientras me besaba por todo el cuello y me daba suaves mordiscos, poniéndome a mil. A medida que las embestidas se aceleraban y tomaban un ritmo más regular, los jadeos y los gemidos se intensificaron, yo arañándole la espalda a él sin poder controlarme y él disfrutándolo. Entonces cerré las piernas y lo aparte con las rodillas y las manos, dejándolo perplejo, y me moví en el asiento para colocarme en cuatro patas y mirando hacia atrás una vez ya movida. Él se acercó por detrás y lo colocó, el movimiento para penetrarme lo hice yo echándome hacia atrás y así siguió, él sin moverse con sus manos en mis caderas y dándome algún que otro azote a los que yo respondía moviéndome con más fuerza hacia atrás. Entonces me quede quieta y puse mi cara en el asiento, arqueando la espalda hacia abajo, y él tomó las riendas y me embistió como él quiso, al ritmo que a él le parecía preciso y yo no me rehusé. Mientras los jadeos y los gemidos iban subiendo de volumen cada vez más, yo me retorcía de gusto cuando llegue al orgasmo y lo aparto de un culetazo, moviéndome otra vez para encararlo a él pero de rodillas en el asiento, y él se quedó apoyado contra el volante esperando a ver que hacía. Yo me fui acercando hacia él, lentamente y gateando, y me lo volví a meter en la boca, esta vez ayudándome de las manos y de los labios por igual para hacerle llegar al orgasmo, y fue él el que echó la cabeza hacia atrás, apoyando las manos en mi cabeza, yo me apoye en el volante detrás de él con las manos, y le di el control a él nuevamente, dejándole a él que se moviese por el interior de mi boca como quisiese, y acabando por correrse dentro de mi boca.

  • Autor: *Jes (Anastasia) (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 23 de abril de 2019 a las 14:41
  • Categoría: Erótico
  • Lecturas: 59
  • Usuario favorito de este poema: Lualpri.
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Comentarios2

  • Lualpri

    Creo que intensa es poco decir, pero muy bueno.
    Gracias.

  • Alberth Diaz

    QUE INTENSO EL TEXTO, HACE VOLAR LA IMAGINACIÓN DE CUALQUIERA
    SALUDOS MUJER



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