-- Curación --

el brujo de letziaga

 

Mientras ella duerme,
contemplo
de la vida que renace
su aliento.

 

Tras un instante,
todo el aire, todo su aire,
florece
en un suspiro caudaloso.

 

Fructifíca al influjo
del milagro,
si acaso, testigo perfecto,
la mirada de Dios.

 

Algo de su ser invicto
le sobrevive,
timón, vela y viento,
de nuevo navega su regreso.

 

Posdata: Dedicado a una niñita de mi familia.

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.