Te vi!

Escucho los recuerdos al sonar esas pequeñas notas de alegres canciones,

Donde corren lágrimas e ilusiones de trazos tenues en el mar.

Donde un cuerpo no puede responder al escuchar una palabra, una mirada.

Te vi… te vi en la espera de un momento… un día cualquiera. Un día con una venda.

Al subir la cuesta se ve la luna, ¿de quien es la luna, si es de todos? ¿Y el sol?

Te vi…te vi en la espera de un regreso, coincidencia extraña y no pude hacer nada.

¿Cuántos años han pasado ya? ¿Cuánto se debe regresar? y ¿cuándo se puede recordar?

¿Cuánto tiempo ha pasado? y si digo que fue ayer.

Suenas como una marioneta, triste y vacía,

Queriendo sacudir el aire, agitar el tiempo, tapar tu alma con un trozo de hierro.

Al final todo es una guerra, dejar ir también es perder, o ganar.

Depende de las sonrisas al otro lado...

Un paso más cerca tu cielo, mi infierno.

Detalles borrosos que me encuentro inoportunamente

de los cuales ya no soy parte sino del azar,

Espacios de los que ya no soy parte,

por mi decisión o por una idea clara de depresión.

Un tatuaje en tu espalda que no conozco,

una idea que no comprendo y aun así te extraño.

Aunque lo que bien se aprende no se olvida y la tentación es clara,

 clara y oscura como tu mirada.

Te vi... te vi y no tuve más que sentir que no te miraba,

nos volteamos de la cama y ya no estabas.

Resulta incomprensible saber por qué o si fue sólo un contratiempo de un breve

momento repartido en más de 10 años.

Déjame buscar entre mil recuerdos, todos borrados,

todos quemados, todas esas letras de una vida con final.

Solo en el silencio de una mirada vacía que mira con recelo lo que fue.

Te vi… si te vi, una sonrisa me hizo profundamente feliz, te vi...

Aunque ya no fui un recuerdo.

Te vi y no fue más que un “solo” vacío y extraño con tu silencio.