TAN SOLO ¡VIVIR!

Uno no puede evitar los abandonos. A veces, somos nosotros mismos los culpables por quedarnos solos; otras veces, algunos no se animan a acompañarnos porque vamos muy rápido o porque somos muy intrépidos. Quizás, a veces, preferimos estar bien, solos, que mal acompañados. Y, en otras oportunidades, quienes apreciamos nos dejan, buscando otros destinos.
Hay que dejar fluir. Acomodarse a las circunstancias. Disfrutar el momento; paladear la intensidad; saborear la incertidumbre; deleitarse con estar VIVO. No se puede saber qué nos pasará en el próximo minuto; ¿para qué perder el que se vive, pensando qué vendrá luego, habiendo tanto que reflexionar con el presente?

TAN SOLO ¡VIVIR!

Podré ganar, podré perder,
pero todo lo que, aquí, aprendí,
nada ni nadie me lo puede quitar.
Todo el espacio que ocupa el Saber
del que se fue llenando mientras viví,
solo yo -nadie más- ¡lo puede apreciar!,
con fuertes olas, vientos y pelos revueltos,
en todas superficies o en mis profundidades,
en mil y un placeres en que me veo envuelto,
o en sorpresivas (y soñadas) oportunidades.

***

¿Qué otra cosa más podría suplicar a mi Vida?
¿Qué más les puedo exigir a todos mis dioses?
Ellos me obsequian situaciones desconocidas,
cálidas bienvenidas y algunos fugaces adióses.

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¿Qué se arriesga la vida si se hace algo peligroso?
Pues, ¡qué va! ¡La vida -por sí misma- es peligrosa!
¡Tanto lo es, que, al final, la Muerte gana, por acoso,
y la vida se "pierde" como si se perdiera cualquier cosa.

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Si no quieres correr el riesgo de morir,
debes decidir, primeramente, no nacer;
una vez que lo has hecho ya no podrás elegir
la opción de no morir, puesto que vas a perecer.

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Y si decidieras no nacer, por temor a morir,
quedarías con la duda eterna que si, naciendo,
no sería mucho mejor y preferible nacer, existir
y estar ¡VIVO! que, permanentemente, muriendo.

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Quizás, la mejor razón para nacer
no es permanecer y esperar a morir,
sino soñar y disfrutar eso que nos dan,
e imaginando, con los ojos bien abiertos,
viajar, pasar buenos momentos, compartir,
aprender enseñando, y, como reza el refrán:
"Disfrutemos ahora de la vida antes de partir;
ya habrá suficiente tiempo para estar muertos".

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Eduardo Faucheux.
03-04-2019