Cenizas

Alicia Acevedo Inzunza

Y entonces la ansiedad por darse besos, se convirtió en palabras, palabras que hieren y lastiman a su paso; sinsabores que rompen la piel y el alma, abrazos guardados en el tintero del corazón, halagos que se marchitaron en los labios, suspiros que se enviaron hacia el viento y que desaparecieron en él. 

  Hoy un alma rota se desgarra por lo que fue y ya no es, por la incertidumbre de un mañana sombrío sin la esencia que llenaba de luz los días, sin el calor que cobijaba las noches y las sonrisas que anunciaban las mañanas.   

 

Hoy esa lengua que besaba despacio solo arroja insultos que estremecen, víboras que se enredan en los pasos, marañas en la mente que llenan de vacío a la razón. Estacas que se clavan y acribillan; y ese aire que salía de los labios al besar hoy hiela con su tacto a la piel.   

 

Los instantes se esfuman como las brazas en el fuego y hoy hay cenizas solamente, donde hubo amor.  

 

Alicia Acevedo Inzunza  (C) Todos los derechos reservados. 

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