Carta para JMH

LuSánchezC

Querido mío: 

Desde el primer día que dormiste junto a mi te mostraste con miedo con inseguridad,

creía que mis besos te forjarían como hombre y nos llevaríamos el uno al otro,

pero todo se ha vuelto una tempestad. Ni tu ojos ni los mios se han atrevido a mirarse, tu distancia corta duele. 

¿Recuerdas? Nos recuerdas recostados sobre el árbol de la escuela mirándonos,

enamorándonos como adolescentes por vez primera.

Recuerdo que en mi soledad en el edificio más alto te miraba recargado sobre la pared,

pero sin jamás imaginarme que serías el primer hombre que descubriera cada rincón de mi ser. 

¿Quién lo iba a saber? Si aquí no existió ni el destino, ni la casualidad,

sólo fue una montaña por testigo la unión de nuestras almas.

Un día como este es que me estremece mi pecho y cansa mi respiración,

¿Cómo es que todo es tiempo me hiciste tan feliz?

Cómo lograste que una mente tan desequilibrada encontrase su centro, su hogar, el calor y el amor.

Amado mío, te quieres ir de mí, ¿cómo fue que pasó?

Hace poco abracé tu ropa y la junté hasta lograr la forma de tu cuerpo,

te abracé sintiendo el aroma de tu piel, te repetí que no me dejaras,

que no te marcharas y sin contener ni un segundo más mis lagrimás no lograban rodar,

pues tu cuerpo hecho de trapos las absorbieron con tanta sed.

Te grité, grité tu nombre como si hubieses muerto esperando tu voz por respuesta algún gesto,

un movimiento de ti.

De pronto sentí que la recamara temblaba, que todo se caía,

no era más que mi llanto y mi cuerpo perdiendo su fuerza de poco en poco hasta caer a tus pies,

¡No me imagino mi vida con otro hombre!

No la imagino y no la merezco sino supe cuidar tu ser tampoco podré con el de alguién más. 

Todas las noches que compartíamos calor fueron mi motivo para dejar de temer a la oscuridad,

a desvelar y descansar plenamente cerca de tu aliento, te abrazaba estrechándote en mi pecho,

bebías de mi y yo de tus caricias.

Amor mío! Dónde están ahora tus pasiones por mi?

Intento, intento no reprocharte nada pero mi corazón apenas palpita,

mi boca apenas come, mis oídos apenas escuchan y mis manos apenas logran escribir todo esto.

Sé que siempre me viste como un ser fuerte y cruel,

pero, cariño mío, tu amor me hizo libre, tu amor calmó todas mis malezas,

te estaba amando tanto que no me dí el tiempo para pensar lo crudo que es el mundo,

yo sentía que juntos hacíamos un hogar que después del los días largos de trabajo

llegar a casa para encontrarnos sería nuestro nido de paz.  

Tienes todo el derecho de ya no amarme como lo hacías con la que era yo,

con la que te volvías loco sino veías,

con la que no te importaba el clima con tal de pasear a su lado por las calles,

con la que abandonabas tus preocupaciones tocando a su lado y tampoco te importaba lo desafinada que estaba,

perdóname. 

Podría bailar contigo de nuevo aún sin música en la orilla de esa pequeña montaña,

en la lluvia, en el frío, sentir que mis mejillas se endurecen de tanto sonreírte de tanto besarte,

tenía tanto ¡tanto amor por darte! Si, aún tengo pero no logra salir, me duele el cuerpo, me duele vivir. 

Tan solo pensar en tu ausencia, en que jamás podría besar tus gruesos labios, abrazar tu espalda me llena de terror. 

Quisiera sumergirme en el agua nadar en lo más profundo hasta llegar a tus pies

con tus manos esperándome llegar salir a flote, quisiera regalarte cada centímetro logrado.

Nadar lo he deseado tanto que me he esforzado e intentaba que fueras conmigo

regalarte esos momentos de mi vida, pero ahora...

 

Pero ahora me estoy ahogando aun sin agua, sin objetivo, sin ti.  

  • Autor: Luu Sánchez C (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 19 de marzo de 2019 a las 18:24
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 13
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.