La Leyenda Del Dragón

neosan


AVISO DE AUSENCIA DE neosan
--Indeterminado.--


Una vez más la montaña ruge, brilla como ocaso a mitad de la noche, aún está ahí, el Dragón aún vive protegiendo su tesoro. Aquellos que quieren apoderarse de su riqueza se adentran en una aventura desconocida, pero nadie ha regresado.

Hace mucho tiempo los pueblos de Hua del oeste y Heng del norte, permanecían atrapados en una guerra interminable, que ya ni sabían porque había comenzado, solo seguían cargando con el odio de sus antepasados, así que el shogun de aquellos días, decreto que detuvieran esa guerra absurda de inmediato no quería que se mataran entre ellos, ambos pueblos sin más remedio aceptaron, y así lo mantuvieron por muchos años, sin embargo el odio persistía en sus corazones, en secreto prepararon armas que podrían usar en caso de que el otro rompiera el pacto.

Heng tenía al dragón Zhong-jila que lanzaba bolas fuego que derretían las espadas, su piel era impenetrable, no había flecha que lo traspasara, lo mantenían en la montaña, oculto, haciéndolo más fuerte, forzándolo a odiar a los Hua.
Los Hua habían encontrado a una hechicera que criaron desde pequeña, a la que llamaron Shen Yue, la entrenaron, explotaron sus habilidades, te arrancaba el corazón con una sola mirada.

Entonces el nuevo Shogun al conocer más de estos pueblos se sentía preocupado, pues seguían tradiciones ancestrales, que se consideraban prohibidas para otros pueblos, les temía, pues pensaba que podían convertirse en una amenaza para el, así que tomo la decisión de derogar el pacto para que pudieran matarse entre ellos y librarse de esa amenaza latente.

Llegada la treceava luna era el fin del acuerdo, era darlo todo en una última batalla, ambos pueblos estaban listos, llevaban esperando ya mucho tiempo. Las mujeres ancianas y niños menores de 11 años esperaban en casa el retorno de los suyos o el final. Fue entonces que por el camino de Luntai sobre el puente Song todo comenzó.

Se enfrentaban en una ardiente batalla, con el odio en sus rostros sin entender porque, solo les importaba terminar con ese sentimiento que les oprimía el pecho; poco después de comenzada la batalla mostraron sus verdaderas armas, el jefe de Heng llamo al dragón el cual llego blandiendo sus alas y con un estridente rugido comenzó a quemar a los Hua que estaban cerca, pensaron que ya habían ganado, pero de entre las sombras de los arboles Shen Yue aparecía vestida con el traje ceremonial de los Hua, los guerreros de Heng intentaban detenerla, pero al mirar los dorados ojos de la hechicera sus corazones exploraban, la sangre les salía por los poros, iban cayendo uno a uno.

El dragón miraba en busca de un oponente digno que calmara ese odio que llevaba dentro, a la distancia vio lo que pasaba, como caían uno a uno los suyos, vio a la hechicera de espaldas y pensó había encontrado a aquel guerrero que apaciguara su ira, pero en cuanto ella giro pudo verla directamente a los ojos, pero Zhong-jila era demasiado fuerte como para sucumbir ante su mirada destructiva, él se quedó quieto mirándolos como hipnotizado, eran hermosos para él, radiantes como el sol, la batalla seguía a su alrededor pero él seguía quieto, ese odio que había en su corazón se había esfumado, las espadas eran nada ante la dureza de sus escamas. En ese momento una lluvia de flechas fue lanzada desde la lejanía iba justo a la hechicera, Zhong-jila sin pensarlo lanzo una gran llamarada que calcino las flechas, entonces se lanzó hacia Shen Yue abriendo sus alas y la cubrió con ellas, el jefe de los Heng pensó que la había capturado así que le pidió a Zhong-jila que terminara de una vez con ella y así ganar la batalla, pero Zhong-jila se negó, seguía cubriéndola no dejaba que nadie se acercara, rugía con furia ahuyentando a aquellos que intentaban acercarse, mientras tanto la hechicera golpeaba desde adentro lanzando hechizos que quebraran sus alas para poder escapar; es cierto que las alas de un dragón no son tan resistentes como el resto de su cuerpo pero en ese momento eran tan duras como las escamas de su pecho.

Los guerreros de Heng no lo podían creer, el dragón se rehusaba a obedecer, le gritaban que había perdido todo honor, pero Zhong-jila seguía sin cambiar de opinión.
Cuando la hechicera se dio cuenta que realmente no la quería matar, le pidió que retirara sus alas, pero Zhong-jila le dijo que a pesar de todo seguían siendo su familia y que no quería lastimarlos, le volvió a pedir que retirara sus alas que no los lastimaría, así que Zhong-jila abrió sus alas y todos se quedaron mirándolos, preguntándose cómo era posible que estuvieran así, un Heng y un Hua juntos era imperdonable, el jefe de Heng furioso de verlos arremetió contra el dragón pero Shen Yue lo detuvo haciéndole estallar el pecho, “tú me salvaste, te regreso el favor”. Zhong-jila le pidió que subiera a su lomo, Shen Yue así lo hizo y se fueron volando hacia la gran montaña, los demás se quedaron mirándose unos a otros, realmente no eran tan distintos, si un dragón y una hechicera podían unirse, también los Hua y los Heng podían.

Cuando llegaron a la montaña sellaron la entrada, no querían que otra vez los usaran como armas, Zhong-jila le entrego la escama más fuerte que tenía para hacerle un peto que la protegiera, le entrego la escama que cubría su corazón, Shen Yue se quedó con él como su tesoro más valioso.

Y aun se puede ver el fuego en la montaña, a un Dragón cuidar lo que ama.


< -- NeoSan -- >

  • Autor: NeoSan (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 8 de marzo de 2019 a las 15:11
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 42
  • Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, Violeta.
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Comentarios2

  • Violeta

    Interesante y hermosa historia NeoSan encantada de leerte y gracias te doy por pasar por mis letras de no ser así no hubiese leído tu historia.... SALUDITOS

  • El Quijote de la Rosa

    Una bonita historia para mi nieta y eso estimado, es de mi parte todo un cumplido, porque bien sabrá usted que un quijotesco abuelo no leeria a su princesa cualquier historia asi como asi. 😊😊😊



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