SENSACIÓN

El DIOS JUVENIL

 

Creo que amo a alguien, y soy miserable, y tengo sueños, que se rompen y sienten la pena de tres días consecutivos que no dejaron de ser días y por la vida, nosotros sabemos, aun, como se debe llorar, y la manera correcta de cómo hacerlo, y los pasos a seguir para no parecer idiotas haciéndolo.

O llorar, y dar lástima, pero no como para que alguien nos tenga lástima, sino como estrategia y con delicadeza, como la piel de una mujer, ellas saben algo de eso.

Sé que los días están todos los días, y que tengo tiempo para eso, como para volverme loco o volverme loco pero disfrutar de mi locura.

No hay quien comparta un poco de su locura, o quizás uno ya tiene mucha de esa cosa como para "cargársela" a otra y existe algo así como una sobredosis, y desde luego no tiene connotaciones positivas.

El asunto es que hay ciertas mujeres, con almas juveniles y gestos parecidos a su alma, jovialmente te agradan y jovialmente ir de fiesta donde no hay fiesta es como descansar sin necesidad de morir, y suena hermoso. Entonces, desde la penumbra, nosotros, espeluznantes tristes, de una decadencia considerable y corazones atosigados como montañas que suben y que bajan, y cuando hablo de bajar es bajar profundo, exageradamente, y cuando hablo de subir es dar saltos, de altitud considerable. Creo que amo este tipo de cosas, y quiero embarrarme en diferentes tipos de pantanos, pero merecérmelos a cambio de lo que dije hace tiempo y repito desde siempre: sé que hay mujeres con tonos joviales que sonríen como si todo les sorprendiese, que se despiertan junto a uno pero uno antes les dice algo que les otorgará ofrendas a su comicidad o sentido del amor, y las vísperas por las que los individuos pasan se tiñen de tonalidades de sus profecías de días sin opresión, y la liberación que parece lejana pero puedo sentirla cuando sueño con blancuzcas damas de una cátedra dudosa, que ocasionan la diplopía y la perdición en caprichosas formas de hacerme llorar, soñando con veranos en noches y mares que son calmos pero dañan nuestro espíritu pero en un sentido contradictorio, quiero decir que causan estragos en nuestra pobre alma, que es como la arena amarilla de los mares en las noches y hemos de sentir mucho más las ansias de liberación y la necesidad de viajar diez años en trenes a vapor y entender el porqué de todo esto, y, y, y, muchas otras cosas más que podrían desesperarme.

Pero quiero sentir el frescor de todos los pastizales húmedos en mis pies.

Quiero sentir todos los vientos de todas las direcciones golpeando contra mi cuerpo desnudo totalmente. Siento molestarte pidiéndote todas estas cosas como si no pudiese hacerlas solo.

Supongo que vivir es todo lo que quería y aquí estamos. Y ahora bien, ¿qué hay de nuevo?

 

  • Autor: Emil Epojé (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 2 de marzo de 2019 a las 00:54
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 71
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Comentarios2

  • bambam

    Ánimo los hombres no lloran, nada más berrean.
    Saludos amigo
    bambam

  • Dayanara Mondragon

    Tus letras, tus poemas, y amigos que compartes eso y más contigo.

    Un abrazo niño.



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