Aquí siempre es otoño, sus palabras caen melancólicamente y una estela de emociones relucen tras la cortina airosa de su voz, los recuerdos se le agrupan y poco a poco las hojas lo tiñen todo de colores prístinos, el crujir de sus labios triturando los buenos momentos, los fantasmas de su memoria, aquel halito irreconocible que se mezcla con las notas aciagas de una sonata propuesta por un invierno insospechado, precavido y, aunque no lo nota, con ganas de callar sus ventiscas y clavarse en una sola de esas hojas, dejarse caer libremente y al fin, ver llegar aquello que el frio le hizo extrañar.
Sin darse cuenta se despierta, esta desorientado. En un mar consumido por sombras. Tan pronto acomoda la vista, sus pupilas, insolentes, se clavan en la intérprete del sueño.
Avanza rápido y preocupada pues las hojas desvencijadas que deja a su paso suscitan el vislumbre indefinido de sus labios, su pérfida figura. Es ágil como las aves que migran desde su corazón, lleva melocotones en los pies y el color del otoño en su cuerpo; un otoño de frutas y rosas con espinas de doble punta.
No le alcanza, el tiempo compite con él y el otoño se larga, se esfuma tan pronto como cae la última hoja, el último resplandor de su discordia y la razón de sus palabras… Pero el otoño es continuo, pues aquí siempre es otoño.
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Autor:
Brayan Yagari (
Offline)
- Publicado: 22 de febrero de 2019 a las 00:17
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
Comentarios1
Muy agradable tu primer retoño
acá los versos caen...
... hay verdad de cada uno
Lloran y sonrien
En un deshojarse continuo,
Luego aquí siempre es otoño...
Gracias por compartir e inspirar..
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