* Temporis Aeterni (Momento Eterno)

Wellington Rigortmortiz

En la inmensidad

de una pequeña eternidad

quedo suspendido el todo,

y, ¿qué es el todo para ti?,

¿para los dos?, Lo que aun

no podemos compartir,

es un vuelo

desde el acantilado

más alto, pero, sin poder

ascender más allá

de donde el viento puede

con su aliento helado

mantenernos con vida;

los recuerdos son el refugio

a toda esa desnudez solitaria

que el alma siente,

…en un solo latido,

el maternal romance

de los cuerpos entrelazados

extrañan ese calor febril,

tan fuerte que fundía

la materia corpórea

que aprisiona lo que

verdaderamente somos.

 

En la inmensidad

de una pequeña eternidad

quedo suspendido

todo sentimiento, que,

a flor de piel lacera el alma,

lacrimare amoris,

por las mejillas

se deslizaban, tan desoladas,

formaban pequeños riachuelos

sobre la piel desértica

de un fino mármol

que desea ser esculpido

por alguien todo poderoso,

un suave murmullo

advierte la próxima sequía,

cuantas melodías dulces,

se ahogan en un suave eco,

nuestro silencio se refugia

entre nuestros pechos,

que, unidos por un abrazo

absorbe los latidos

de dos corazones felices

pero adoloridos.

 

Temporis aeterni

capit mi solitudine,

ut salvet me vacua

(momento eterno

que me quita soledad,

que me salva del vacío),

suspendidos  se quedan

los anhelos de la mente,

del cuerpo y del alma,

como péndulos afilados

sobre los sentimientos

adormecidos por un romance,

romance que la materia adolorida

siente ya no soportar más. 

 

Wellngton

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